Los expertos vieron que el brillo que rodeó al planeta en 2017 aumentó cuatro veces de un día para otro.
Los astrónomos de la NASA han detectado rayos X procedentes de Urano por primera vez. Este planeta es tan grande que podría estaría dispersando los rayos X emitidos por el Sol a más de mil millones de kilómetros de distancia. En caso de no ser así, estos anillos de polvo que rodean Urano serían fruto de su propia radiación, la que habría sido desencadenada a raíz de un proceso desconocido.
Un estudio publicado el 31 de marzo en la revista ‘JGR Space Physics’ recoge el análisis realizado por unos astrónomos de los documentos relativos a Urano pertenecientes al Observatorio de Rayos X Chandra de la NASA. Este observatorio tiene un telescopio en órbita encargado de localizar fuentes de radiación de rayos X.
La NASA indica que los rayos X se originan cuando la materia se calienta a millones de grados. Esto puede producirse con la explosión de una estrella o cuando la materia rodea el borde de un agujero negro a una velocidad cercana a la de la luz. Hasta ahora se había detectado este fenómeno en todos los planetas del sistema solar a excepción de Urano y Neptuno.
Todo un misterio
Sin embargo, los investigadores estudiaron unos datos de 2002 y 2017 que demuestran la emisión de rayos X en ambos años. Los expertos vieron que el brillo que rodeó Urano en 2017 aumentó cuatro veces de un día para otro con respecto al de 2002. El equipo cree que “esto puede ser indicativo de procesos adicionales de emisión de rayos X en Urano”, además de la mera dispersión solar.
¿Qué estaría provocando estos rayos X en Urano? Algunos expertos señalan que el origen puede estar en los anillos del planeta. Los científicos creen que alrededor del astro hay partículas llenas de protones y electrones que estarían chocando con sus anillos, desencadenando así los rayos X.
Otra posibilidad es que sean fruto de un proceso auroral, en el que las partículas de sol choquen con las líneas del campo magnético de Urano que ocasionarían un brillo característico. Aun así, será fundamental realizar más observaciones que respalden esta hipótesis. De momento, los rayos X de Urano continúan siendo una incógnita.