Según su investigación, administrar oxígeno puro en el interior de una cámara de presión (hiperbárica) logra detener, e incluso revertir, dos de los principales procesos asociados a la edad.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Tel Aviv y el centro médico Shamir, en Israel, asegura haber encontrado una forma eficaz de detener el envejecimiento celular. En un artículo recién aparecido en la revista Aging, los científicos aseguran que los tratamientos con oxígeno puro en el interior de cámaras hiperbáricas (OHB) pueden detener, en adultos sanos, el envejecimiento de sus células sanguíneas, e incluso revertir el proceso de envejecimiento, de modo que las células se van volviendo más y más jóvenes a medida que se aplica el tratamiento.
En concreto, los investigadores hallaron que un único protocolo de tratamiento de tres meses con oxígeno en el interior de una cámara de presión es capaz de detener por completo dos de los principales procesos asociados al envejecimiento y sus enfermedades: el acortamiento de los telómeros, situados en los extremos de los cromosomas; y la acumulación en el organismo de células viejas o que han dejado de cumplir su función.
Los telómeros, que protegen la integridad estructural de los cromosomas, se sitúan en sus extremos como si fueran las puntas duras del cordón de un zapato. Con el paso de los años, se van haciendo cada vez más cortos hasta desaparecer, lo que hace que los cromosomas «se deshilachen».
Los investigadores se centraron en las células inmunes obtenidas de la sangre de los pacientes, y descubrieron que después del tratamiento los telómeros no sólo no habían encogido, sino que se habían alargado hasta un 38%, mientras que las células senescentes habían disminuido hasta en un 37%.
«Durante muchos años –explica Shai Efrati, coautor de la investigación– nuestro equipo se ha dedicado a la investigación y la terapia hiperbárica: tratamientos basados en protocolos de exposición a oxígeno a alta presión en diversas concentraciones dentro de una cámara de presión. Nuestros logros a lo largo de los años incluyen la mejora de las funciones cerebrales dañadas por la edad o por un derrame cerebral o lesión cerebral».
«En el estudio actual –prosigue el investigador– quisimos examinar el impacto del OHB en adultos sanos e independientes, para descubrir si tales tratamientos pueden ralentizar, detener o incluso revertir el proceso normal de envejecimiento a nivel celular».
Para ello, los investigadores expusieron a 35 personas sanas de 64 años o más a una serie de 60 sesiones hiperbáricas durante un periodo de 90 días. Cada participante proporcionó muestras de sangre antes, durante y al final de cada sesión, además de otra muestra algún tiempo después de terminar el tratamiento completo. Los investigadores analizaron varias células inmunes en la sangre de los pacientes y compararon después los resultados.
Mejor que el deporte o un fármaco
Lo que hallaron es que los tratamientos habían conseguido realmente revertir el proceso de envejecimiento en dos de sus aspectos principales: los telómeros de los extremos de los cromosomas se hicieron más largos en vez de acortarse, entre un 20% y un 38% según el tipo de célula; y el porcentaje de células senescentes se redujo en la población celular total entre un 11% y un 37%, también según el tipo de célula.
«Actualmente –dice Efrati– el acortamiento de los telómeros se considera el Santo Grial de la biología del envejecimiento. Investigadores de todo el mundo están intentando desarrollar intervenciones farmacológicas y medioambientales que hagan que los telómeros se alarguen. Nuestro protocolo de OHB fue capaz de lograr eso, demostrando que el proceso de envejecimiento puede, de hecho, revertirse a nivel celular-molecular básico».
«Hasta ahora –explica por su parte Amir Hadanny, otro de los autores del estudio– se ha demostrado que modificar el estilo de vida o hacer ejercicio tienen algún efecto inhibidor en el acortamiento de los telómeros. Pero en nuestro estudio, solo tres meses de OHB fueron suficientes para alargar los telómeros a tasas mucho más altas que cualquier intervención con fármacos o cambio en el estilo de vida actualmente disponibles. Con este estudio pionero, hemos abierto la puerta a nuevas investigaciones sobre el impacto del OHB y su potencial para revertir el envejecimiento».