Investigadores dicen que los canes tienen una inteligencia general mensurable como la de las personas.
Desde hace casi un siglo, el coeficiente intelectual de las personas se mide a través de un test centrado principalmente en la solución de problemas lógicos. Quizás sea una forma excesivamente simple de medir la inteligencia de la gente, que también se desarrolla en ámbitos emocionales y artísticos, pero hasta ahora ha resultado una herramienta útil, así que ¿por qué no aplicarla a nuestros mejores amigos? Investigadores de la London School of Economics and Political Science (LSE) y la Universidad de Edimburgo han elaborado una herramienta parecida para medir la inteligencia de los perros.
La investigación, publicada en la revista de Intelligence, analiza si la inteligencia de los canes está estructurada de una manera similar a la de los humanos. Cuando el cociente intelectual o «inteligencia general» se prueba en las personas, estas tienden a obtener resultados comparables en diferentes tipos de tareas cognitivas: los que hacen bien un tipo de tarea tienden a hacer bien otras.
Los investigadores crearon un prototipo de «test de inteligencia» canina que se utilizó para evaluar la inteligencia de 68 Border collie. Las pruebas incluían: navegación, probada cronometrando el tiempo que llevó a los perros conseguir comida que estaba detrás de diferentes tipos de barreras; evaluación de si podían reconocer la diferencia entre cantidades de alimentos y la capacidad de seguir el gesto humano de señalar un objeto.
Los investigadores descubrieron que, como los humanos, los perros que obtuvieron buenos resultados en una prueba tendían ser mejores en las otras pruebas. Por otra parte, los perros que hicieron las pruebas más rápido eran propensos a ejecutarlas de manera más precisa.
«Así como las personas varían en su capacidad de resolución de problemas, también lo hacen los perros, incluso dentro de una misma raza. Esto es significativo porque en el ser humano hay una pequeña pero medible tendencia a que las personas que son más brillantes sean más saludables y vivan más tiempo», dice Rosalind Arden, de la LSE. «Así que si, como sugiere nuestra investigación, la inteligencia del perro está estructurada de manera similar a la nuestra, el estudio de una especie que no fuma ni bebe ni usa drogas recreativas, y que no tiene grandes diferencias en la educación y los ingresos, puede ayudar a entender esta relación entre la inteligencia y la mejor salud», añade.
Una hora de prueba
Además, los perros son uno de los pocos animales que reproducen muchas de las características clave de la demencia, por lo que la comprensión de sus capacidades cognitivas «podría ser valiosa para ayudarnos a entender las causas de este trastorno en los seres humanos y, posiblemente, realizar tratamientos de prueba», subraya la investigadora.
El conjunto de pruebas se llevó a cabo en menos de una hora por perro, lo que es comparable con el tiempo que tarda una persona para hacer un test de este tipo. «Este es sólo un primer paso, pero nuestro objetivo es crear un test de inteligencia del perro que sea fiable, válido y pueda ser realizado de forma rápida. Una prueba de este tipo podría mejorar rápidamente nuestra comprensión de la conexión entre la inteligencia del perro, la salud, e incluso la vida útil», dice Mark Adams, investigador en la Universidad de Edimburgo. «Los perros son excelentes para este tipo de trabajo porque están dispuestos a participar y parecen disfrutar de ello».