Los integrantes de algunos de los grupos criminales más violentos del país celebran una serie de peleas pactadas con el fin de evitar el auge de asesinatos por ajustes de cuentas.
Black Power, Head Hunters, Mongrel Mob, Nomads… La lista de bandas criminales con sede en Nueva Zelanda es extensa. Solo en la región de Northland, al norte del país donde se han registrado un incremento de asesinatos por ajustes de cuentas desde el año pasado, existen hasta 10 grupos diferentes. Para frenar la sangría, algunos de sus líderes han organizado un club de lucha en la localidad de Whangarei durante la noche del sábado 22 de julio en el que se darán cita 60 pandilleros con el objetivo de “aliviar tensiones” y disminuir la creciente ola de violencia que se da en la región.
El organizador del evento, Tokomauri Hotorene —un antiguo miembro de Black Power—, ha declarado a un medio local “que tiene la esperanza de acabar con el odio prolongado dentro del cuadrilátero”, según ha recogido The Guardian. Sin embargo, el camino para su celebración no ha estado exento de obstáculos. Después de tres negativas de poblaciones distintas, el polémico evento tendrá lugar en la capital de la región (de unos 50.000 habitantes).
Mediante el lema Keep in the Ring (Continúa en el ring), los asistentes buscan ofrecer una imagen menos agresiva al conjunto de la sociedad. En la actualidad, el 80% de la violencia generada entre los grupos criminales del país oceánico se relaciona con disputas sobre asuntos de drogas. Un total de cuatro asesinatos se contabilizaron durante el año pasado entre las mafias. Solo en Europa se estima que el 45% de los grupos de crimen organizado están relacionados con más de una actividad criminal. Más de un tercio de ellos producen o trafican con drogas, según los últimos datos de Europol.
“Esta es la mejor imagen que podemos ofrecer a nuestros hijos y familiares: el de poder volver a casa. Una nariz rota o un ojo morado no es comparable con un tiro en la cabeza o en el cuello. Esta es la razón por la que nos unimos ahora”, ha afirmado Hotorene. Incluso, una docena de pandilleros pertenecientes a Head Hunters, Nomads y Black Power llevan tiempo entrenando juntos. Algunas voces críticas sí han expresado su malestar por un espectáculo que consideran “solo promociona a las propias bandas”. Otros miembros aseguran que “las muertes violentas han llegado demasiado lejos”.
En abril de 2013, casi 700 integrantes de Black Power se encontraban en prisión. Aún así, las calles del país siguen arrojando víctimas por la violencia perpetrada de estos grupos mafiosos. Como el caso de Lee Rata, que falleció en la Nochevieja de 2016 a causa de un grave traumatismo en la cabeza. La investigación del suceso desveló que en él participaron varios miembros de la banda Mongrel Mob, hoy en día, la organización delictiva más grande de Nueva Zelanda.
Con un ambiente tan crispado, los organizadores del evento en Whangarei son conscientes de que no pueden fallar. Se esperan una veintena de combates. La policía estará presente y Hoterene ha asegurado que habrá un mayor despliegue de seguridad. “Saldrá todo bien, porque queremos que tenga éxito”.