La figura del sindicalista asesinato por Montoneros, va teniendo un reverdecer en sectores anti K. Su hija cruza a Máximo Kirchner “son cómplices de la historia”, en alusión a la violencia de los 70.
Un 25 de Setiembre de 1973, Montoneros asesinó al sindicalista más fiel a Perón, José Ignacio Rucci. Fueron 33 balazos al salir de su casa, en Avellaneda 2953.
Para la gente no militante, aquel metalúrgico quedó grabado en las retinas cuando le sostuvo un paraguas al General para que no se moje al aterrizar en suelo argentino, en 1972, recién llegado de su largo exilio.
En cambio, para su hija Claudia, Rucci fue antes que nada el papá cariñoso que dejó de tenerlo por el arrebato de la violencia setentista cuando contaba tan solo con 9 años.
Afiches, actos recordatorios, múltiples mensajes en redes sociales son algunas de las gestualidades del símbolo del regreso de Perón, irrumpiendo en la actual bipolaridad de la política nacional. Similar a los 70′ pero con la sustancial diferencia que no hay sectores armados disputando el poder.
La actual senadora de la provincia de Buenos Aires debió soportar le ignominia de sectores kirchneristas que impidieron que se hiciera el homenaje a su padre, con motivo del 47 aniversario del asesinato. No se había suspendido este tipo de homenajes desde la última dictadura militar.
Claudia interpreta el hecho como un acto de desprecio. “Se les escapó la gallina, demuestra los que son”, dice casi resignada. Como decía el General, prefiere verlo desde el lugar que “los melones se van acomodando con el tiempo”.
“Mi papá fue el símbolo de la unidad nacional al apoyar el regreso de Perón. Mucha gente creo que ahora revaloriza esto. Los homenajes fueron de todos los espacios políticos”, agrega en diálogo con Expediente Político.
En el Congreso Nacional, en tanto, ocurrió un gesto, del jefe de la bancada del Frente de Todos Máximo Kirchner, también muy representativo de las heridas abiertas setentistas del peronismo. El hijo de Cristina optó por homenajear a Agustín Tosco, sindicalista de encuadramiento marxista, uno de los líderes del Cordobazo al tiempo que se hablaba en el recinto de Rucci.
La senadora tomo como una provocación que en pleno homenaje a su padre se interpusiera a su histórico antagónico.
“Los dos fueron personas honestas que, aunque pensaran distinto dialogaban”. “No voy a entrar en ese tipo de provocaciones”, advierte. Rememora que había dos proyectos de país, “uno el del general Perón y otro el de Montoneros que era un proyecto socialista”. Transpolación instantánea: peronismo real vs populismo k, según la hija de Rucci.
“No está todo el peronismo en el Frente de Todos. Ellos son autoritarios, no creen en el diálogo”, asevera con seguridad. Y agrega: “Si vos te negaste a homenajear a Rucci es porque terminas siendo cómplice de la historia”.
De eso no se habla
Rucci fue asesinado en democracia y esta es la gran diferencia con otros crímenes y violaciones de derechos humanos de los 70. Montoneros tenía espacios de poder, en el gobierno de Cámpora. Eran intendentes, diputados, que simpatizaron con la causa de dirimir las diferencias ideológicas con las armas.
La causa judicial esta parada, La familia Rucci exige que sea considerado un caso de lesa humanidad para que no prescriba. Los querellantes señalan que hay muchas pruebas fehacientes como que las armas, que se utilizaron para matar a Rucci, fueron trasladadas desde la municipalidad de La Plata.
La senadora adhiere a la teoría de la provocación y el impacto que quiso generar el asesinato por parte de Montoneros, cuando ya sabía que Perón les daba la espalda. Casi 7 meses después, el 1 de mayo del 74 los echaría de la Plaza de Mayo.
En la charla con Expediente, Rucci introduce el concepto de “entrismo”, el mecanismo que utilizó la izquierda para propagar sus objetivos dentro de otras estructuras políticas. La senadora deduce que ese “entrismo” sigue vigente con fines electorales. “El peronismo ha aceptado el entrismo de esta gente”, afirmó la senadora bonaerense.
“Hay una parte de la historia que el kirchnerismo quiere negar a hablar de lo que pasó del 73 al 76. Homenajear a Rucci es poner de relieve que ellos no fueron muchachos idealistas, que ponían bombas es eso no quieren hablar. Ese es el problema que tienen”, recalcó.
¿Pero, hubo un Perón que también fue permisivo con esa violencia como cuando habló de “los amigos todo a los enemigos ni justicia” ?, pregunta este periodista.
“Claro que Perón lo dijo, pero hablar de eso ahora no suma. Si creo que tenemos que hacer una autocrítica que no significa autoflagelarse”, aporta su mirada saliendo rápido del debate del Perón pendular.
Avala ciento por ciento el trabajo periodístico de Ceferino Reato con su libro “Operativo Traviata”, en alusión a a como llamó Montoneros su operativo de muerte, analogía macabra de la publicidad de la galletita de los 23 agujeritos.
En la perspectiva presente dice: “no me gustan ningún anti, no el anti peronismo ni el anti macrismo. Tenemos que trabajar para rescatar otra vez la política. Sino la gente termina diciendo que se vaya todos”.
“Siempre hay alguien que me recuerda alguna anécdota” cuenta la ex actriz que tiene que recrear en fotos y recuerdos lejanos aquella figura paterna aniquilada por los violentos.
Otras afirmaciones de Claudia Rucci: “Yo ya perdoné, sino no podría seguir viviendo. Elijo vivir en el amor con mis hijos. Lo que si me da bronca es la falta de la verdad”.
“Nos quieren vender que eran jóvenes idealistas. Vería muy bien que pidan perdón en una conferencia de prensa por lo que hicieron”.
Rucci Claudia no espera nada de parte del gobierno. Le quedó grabado a fuego lo de Máximo que entre Rucci y Tosco optó por doblar a la izquierda.