La abogada habló en la 99.9 sobre las denuncias que presentó ante la justicia por la instalación de FlyBondi en el Aeropuerto de “El Palomar”. Indicó que se trata de un medida más del “desmantelamiento de las Fuerzas Armadas” y que “traerá muchos inconvenientes para los vecinos porque es una zona residencial”.
La instalación de FlyBondi en el aeropuerto de El Palomar ha generado distintos tipos de disconformidades, algunos con lo que propone la aerolínea o el servicio que brinda; pero en otros casos con lo complicado que puede resultar para los vecinos de la zona.
La abogada Claudia Sambro Merlo es quien ha presentado denuncias que públicamente se han expresado contra la empresa, pero se encargó de aclarar en la 99.9 que “mis denuncias no van a FlyBondi directamente, sino al apoderamiento de la base aérea de El Palomar como parte del desmantelamiento de las Fuerzas Armadas Nacionales. Es un acto que al menos deviene peligroso por lo poblada que está el área”.
Lo que está remarcando es que hay una idea final del gobierno de Mauricio Macri que puede terminar afectando a los vecinos de la zona, entre ellos, la propia letrada: “entendí que la instalación de FlyBondi era un motivo cosmético y no era la medida de fondo. A partir de ahí, denuncié algunas irregularidades que se fueron dando. Denuncio actos administrativos por los que se instalaron el aeropuerto, además, denuncié un desmantelamiento de las Fuerzas Armadas pero no puedo denunciar el accionar del gobierno”.
En cuanto a la historia de “El Palomar”; destacó que se ha dicho erróneamente que alguna vez salieron vuelos comerciales de ese lugar: “es una base aérea militar desde 1912. Cuando se compraron los terrenos del colegio militar de la nación de una forma complicada, en el aeropuerto se expropian las tierras de alrededor entendiendo que es un área de seguridad para las acciones militares. El gobierno dice que el aeropuerto desde 1968 está habilitado para ser aerocomercial y el documento que lo indica es apócrifo, está denunciado en la justicia. El aeropuerto nunca fue civil, tuvo operaciones esporádicas de LADE. Los vecinos estábamos acostumbrados a la circulación de Hércules”, aclaró.
Luego abundó que “en 1983 empezó a decrecer la actividad a valores nulos, un Hércules por semana. El código de ordenamiento urbano, mientras tanto, ha ido avanzando y en mi caso vivo en una zona residencial urbana baja, donde no se puede poner más que un kiosco”.
Pensando en esta situación es que pide que todo vuelva a funcionar como antes: “la idea es que vuelva a ser la base aérea militar de El Palomar. Esta cuestión ha venido a golpear la puerta de mi casa y a cambiar mi estilo de vida, no estoy auspiciada por ningún partido político”, finalizó.