El historiador habló en la 99.9 sobre los argentinos que ha podido registrar en aquella histórica jornada del desembarco en Normandía. “Estaban aislados y dispersos en distintas unidades”, destacó.
Un nuevo aniversario del “Día D”, aquél desembarco en la playa de Normandía que fue el principio del fin de la Segunda Guerra Mundial, tuvo participación argentina. El historiador Claudio Gustavo Meunier habló al respecto en la 99.9 teniendo en cuenta que dedica su vida a reconstruir la historia de la aviación nacional.
“Hubo participación argentina por aire, por mar y por tierra. Por aire había un escuadrón argentino que volaba para las fuerzas aliadas suprimiendo radares, puestos de artillería cerca de la costa de Francia. Era el escuadrón 164 cuyo lema era “Firmes volamos” utilizaba un Caza para ataque al suelo, ideal para este tipo de acciones”, explicó en primer término.
Ese escuadrón contaba con pilotos que hicieron tareas previas e incluso el propio día del desembarco: “hacían ataques para que los alemanes quedaran ciegos en la playa, dejarlos sin radares y sin información de lo que pasaba. Había voluntarios que venían por mar del Royal Navy Británico y en Infantería también teníamos otro argentino que murió ni bien pisó tierra. Estaban aislados y dispersos en unidades”, remarcó Meunier.
Es habitual que le pregunten por argentinos que pudieran haber participado del lado alemán, pero el historiador no sólo no ha encontrado ninguno, sino que no lo cree posible: “no he encontrado argentinos peleando del lado alemán, todos me dicen si hubo y nunca he podido encontrar ningún nombre. Viendo el contexto, no lo veo posible porque al voluntario lo necesitas ante la urgencia y los alemanes empezaron a formar su ejército en 1933, no necesitaban voluntarios”.
Durante la Segunda Guerra Mundial hubo un cambio significativo en la manera de identificarse respecto de la Primera y tenía que ver también con un contexto muy distinto: “en la segunda guerra mundial, los combatientes argentinos llevaban el nombre del país en el hombro, algo que no sucedió en la primera guerra mundial donde los que fueron lo hacían por ser hijos directos de los inmigrantes y peleaban por la patria de sus padres. En cambio en la segunda ya eran segunda o tercera generación y luchaban en cualquier lugar del mundo para que eso no llegue a su país”, diferenció.
Las mujeres también cumplieron un rol destacado en la guerra y se encargó de destacarlo Meunier: “hubo un gran porcentaje de mujeres que fueron, muchas trabajaron en Bletchley Park, las máquinas enigma y en la decodificación. Otras eran conductoras de ambulancia en distintos regimientos, sectores civiles y enfermeras dentro de lo que se conoce como la segunda línea de batalla”.