El presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina se refirió en la 99.9 a las estadísticas que han elaborado y donde se indica que 638 homicidios durante el último año estuvieron relacionados al consumo de drogas.
Un informe reciente publicado por la Asociación Antidrogas de la República Argentina indica que durante el año pasado, en el país se registraron 2.279 homicidios dolosos, cometidos con intención. Se calcula que el 28% del total fueron hechos que tuvieron vinculación con el problema de las drogas, en el marco de una cifra que rondaría los 638 episodios de máxima violencia.
El abordaje de esta temática está directamente relacionado con los efectos de la Ley de Salud Mental y así lo refirió el presidente de dicha entidad, Claudio Izaguirre, a través de la 99.9: “hemos hecho un trabajo con el Ministerio de Seguridad de la Nación, más los datos de la Policía Federal y algunas morgues. Estamos hablando de crímenes con intención, no de accidentología. La Ley de Salud Mental impide la internación compulsiva de una persona con adicciones, hace que las personas queden sin tratamiento y aparecen este tipo de situaciones. El consumidor de droga se transforma en un homicida o un delincuente”, aclaró.
Si bien no han ahondado en detalles de las causas de cada caso, destacó que incluso muchos de los que pudieron registrar ni siquiera tuvieron cobertura mediática: “no lo hemos sectorizado pero hemos tomado el número general para mostrar la realidad. En la gran mayoría no se han publicado en medios de comunicación, sólo los más crueles. El último fue el del niño de 15 años que sus desarreglos cerebrales llevaron a que termine con la vida de su prima de 9 años”.
La aparición de este tipo de cuestiones en chicos muy jóvenes también es una clara demostración de los efectos que tiene el consumo de drogas en la adolescencia: “lo que hacen las drogas en el cerebro de los chicos es dantesco porque se trata de un cerebro en crecimiento y los transforma en verdaderos psicóticos, sin impacto emocional y sin afectos. Este asunto de quitarle la vida a alguien no le genera ninguna culpa”, explicó Izaguirre.
También señaló que en muchos casos lo que sucede es que hay total conocimiento de la condición en la cuál se encuentran: “el niño que lleva adelante esto, tiene plena conciencia de que es inimputable; saben que aprietan el gatillo porque luego vuelven a la casa. Son 638 muertes evitables si se pudiera contar como antes, con el artículo 486 del Código Civil que permitía llevar a la persona al Sistema de Salud cuando era peligrosa para si mismo o para terceros”, reclamó finalmente.