El presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina contó en la 99.9 la historia de su hijo Horacio que durante la última dictadura militar fue entregado a familias militares y luego adoptado: “En septiembre de 1978 cuando era jueza de menores, me robó a mi hijo para entregárselo a una familia militar”, remarcó. Además, pidió la detención y procesamiento: “tiene la lista de todos los niños entregados”.
La noticia impacta. El presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina, Claudio Izaguirre pidió formalmente la detención de la jueza María Romilda Servini de Cubría acusándola de haberle “robado” a su hijo. La historia la contó a través de la 99.9: “me citaron del Juzgado Federal 2 de San Martín y fue donde pedí la detención y procesamiento. En septiembre de 1978 cuando era jueza de menores, me robó a mi hijo para entregárselo a una familia militar”, sintetizó.
Si bien no se había dado a conocer de esta manera, la cronología de los hechos también fue detallada por Izaguirre: “yo tenía 18 años y la madre solía llevárselo porque estábamos separados. Un día me llegó una cédula de un juzgado de menores y me entero que mi hijo había sido encontrado en la calle Córdoba y Maipú, a dos cuadras de lo que era mi casa. El oficial de justicia me anotició del tema, me mostró una foto de mi hijo en la Casa Cuna y me anunció que nunca más lo iba a volver a ver”, comentó.
Como llegó su hijo a aparecer en la calle nunca se pudo saber porque la madre tampoco lo explicó, pero desde ese momento comenzó otra historia para el padre de esa criatura: “empecé a ir semanalmente al juzgado a preguntar por mi hijo. Ahí me iban contando como estaba, que había sido entregado a tres familias y no se había adaptado hasta que finalmente me dijeron que estaban tramitando la adopción. Me contacté con los padres adoptivos después de buscarlos y pude dar con la abuela adoptiva de mi hijo Horacio. Tuvimos a partir de ahí un contacto muy prolongado hasta estos días”, agregó.
Incluso tuvo la oportunidad de convivir con él y ahora tienen una fluida relación a pesar de la distancia: “cuando cumplió los 12 o 13 años le anunciaron que yo existía, se vino a vivir conmigo en un momento y hoy vive en Brasil, tiene 41 años y tenemos una muy buena comunicación”.
Toda esta historia finaliza con este pedido particular esgrimiendo también que “Servini de Cubría tiene el listado de todos los niños entregados, sólo hay que procesarla y allanarle las casas para encontrar ese listado”. Su objetivo está claro y lo puntualizó en el cierre de la nota: “lo único que quiero es ver salir a Servini de Cubría esposada del Federal 1 directo a la cárcel y que se muera ahí, porque se lo merece, a mí me arrancó mi hijo y tengo todo lo que me resta de vida para seguir persiguiéndola”.