Junín de los Andes está atravesando en estos momentos una situación delicada por un incendio forestal que ha causado daños importantes y, por momentos, avanzó de forma descontrolada: “en su momento el fuego estaba descontrolado, pero ahora estamos más tranquilos”, agregó.
Los incendios forestales siguen siendo un problema, pero no sólo en Chile donde se está atravesando una situación delicada. En la localidad neuquina de Junín de los Andes, se han expandido las llamas de manera peligrosa en las últimas horas, aunque ahora se pudo controlar el foco original del fuego.
Así lo remarcó en la 99.9 el titular de Defensa Civil de dicha ciudad, Claudio Serrano: “el incendio está un poco más contenido. Estamos trabajando con medios aéreos y las brigadas de incendio de Neuquén y Río Negro. Tenemos alrededor de 200 personas entre manejo de fuego, bomberos voluntarios, la gente de las estancias y el municipio de Junín de los Andes”.
Además de la gente que trata de combatir por tierra, están trabajando con 5 medios aéreos que han sido claves para el control de las llamas: “3 son del Plan Nacional de Manejo del Fuego y 2 del Plan Provincial. En su momento el fuego estaba descontrolado, pero ahora estamos más tranquilos”.
Cuando se originó el fuego y comenzó a expandirse rápidamente, había un factor de riesgo muy importante: la realización de la exposición rural ganadera que todos los años convoca a mucha gente: “la cabeza del incendio bajaba descontrolada hacia ese lugar. Gracias a los medios aéreos lo pudieron contener, pero no llegó por escasos dos kilómetros. Se evacuó preventivamente el lugar, se vio superada la capacidad de la ruta, se generó un embotellamiento y no podían llegar los medios de soporte”, explicó Serrano sobre los momentos más complicados de la tarea que llevan adelante.
Si bien se pudo controlar la expansión del incendio, eso no significa que esté completamente terminada la situación: “el incendio todavía está presente en su punto caliente y estamos tratando de que no se reavive y se descontrole. La tarea lleva bastante tiempo porque debemos controlar que no se reavive y una guardia de cenizas dura unos 20 días”. Incluso advirtió que hasta un animal en su huía del fuego puede transformarse en un factor de expansión: “a veces sin querer un animal como una liebre que huye despaborido pasa por las llamas y lleva el fuego a lugares secos, por lo que pueden ampliar el incendio”, advirtió sobre las posibilidades latentes.