Un periódico de Atlanta protesta contra ‘Richard Jewell’, la nueva película del director, que da por hecho que una reportera del diario consiguió una información a cambio de sexo.
Hay prejuicios sobre las mujeres, prejuicios sobre los periodistas, y prejuicios sobre las mujeres periodistas. Clint Eastwood parece caer en todos ellos en su nueva película, Richard Jewell, que se estrena este viernes en EE UU y el 1 de enero en España. Al menos así lo piensa un periódico de Atlanta, Atlanta Journal-Constitution (AJC), que ha protestado contra Eastwood y Warner Bros en defensa de una de sus periodistas, que sale bastante mal parada en la historia basada en hechos reales de hace dos décadas. La polémica se produce, además, en un Hollywood transformado en los últimos dos años por el movimiento feminista Me Too.
“Estaba en el lugar preciso a la hora correcta”
Richard Jewell fue un personaje muy conocido en Estados Unidos durante unos meses de 1996. Trabajaba como guardia de seguridad en los Juegos Olímpicos de Atlanta. Un día observó una mochila sospechosa y llamó a la policía. Resultó ser un explosivo. Jewell ayudó a evacuar el recinto rápidamente. A pesar de que la bomba explotó y mató a una mujer, su intervención salvó a mucha gente. Sin embargo, pocos días después comenzó a ser investigado como sospechoso, lo que tuvo grave coste para su reputación y el recuerdo que se tiene de aquel incidente. Jewell nunca fue imputado. Murió en 2007. El verdadero asesino confesó en 2003 y cumple cadena perpetua. El guion de la película, escrito por Billy Ray, se basa en artículos de la época sobre el calvario de Jewell en la opinión pública y en un nuevo libro sobre el caso.
La película otorga un papel clave a Kathy Scruggs, la reportera del diario Atlanta Journal-Constitution (AJC) que obtuvo la exclusiva de que el FBI estaba investigando como sospechoso a Jewell. La cobertura periodística de aquella investigación tuvo repercusión nacional y hundió a Jewell, que hasta ese momento era el héroe de los Juegos. La película asume que Scruggs obtuvo aquella información a cambio de sexo con el agente que investigaba el caso. Scruggs no puede defenderse. Murió en 2001 de una sobredosis de analgésicos a los 42 años.
El pasado lunes, el AJC y la empresa editora, Cox Enterprises, enviaron a través de sus abogados una carta a Warner Bros, Clint Eastwood y Billy Ray protestando porque “en la versión de Scruggs en la película, interpretada por Olivia Wilde, se la presenta como alguien que utiliza relaciones ilícitas para obtener información”. “La reportera del AJC queda reducida a un objeto que se vende por sexo”, dice la carta, además de que da la impresión de que el diario acepta que se ofrezca sexo a cambio de historias. “Eso es enteramente falso y malicioso, y extremadamente dañino y difamatorio”. En concreto, la editora y el periódico exigen que Warner Bros reconozca públicamente que “algunos hechos son imaginados con una intención dramática” y que a la hora de representar ciertos hechos y personajes se ha tomado “licencias artísticas”. La carta exige también que se añada a la película una advertencia a los espectadores en este sentido.
El personaje de la reportera que se acuesta con su fuente no es raro en Hollywood. El ejemplo más reciente es House of Cards. Las razones por las que a los guionistas les resulta fácil asumir que las reporteras jóvenes pueden obtener sus éxitos con sexo y por las que eso resulta creíble para el público quedan para otro debate. Pero el caso es que Eastwood y Ray han decidido hacer esa asunción con una persona real, que además no puede defenderse. Donald Johnson, el agente del FBI que supuestamente fue la fuente de Scruggs, tampoco puede dar su versión. También falleció en 2003. Warner Bros contestó el mismo lunes con un comunicado en el que defendía el filme. “El guion se basa en mucho material altamente creíble”, dice el comunicado citado por Variety. “Es triste que el Atlanta Journal-Constitution, que fue parte del juicio apresurado contra Jewell, ahora intente dañar a nuestros cineastas y nuestro reparto. Richard Jewell se centra en la verdadera víctima, busca contar su historia, confirmar su inocencia y restaurar su buen nombre”. La compañía no entra en la clave de la disputa, que no es la inocencia de Jewell sino los prejuicios sobre el trabajo de Scruggs.
A los 89 años de edad, Eastwood está dedicando los últimos años de su carrera a hacer películas homenaje a héroes de la calle. Sus personajes favoritos parecen ser personas corrientes a las que el destino coloca en circunstancias extremas donde sale lo mejor de ellos y, simplemente haciendo lo que saben hacer, se la juegan por los demás. Películas como Sully, 15:17 Tren a París o El francotirador son homenajes a personas reales con historias extraordinarias que salieron en los periódicos. Con Richard Jewell vuelve a esta temática. “Quisiera que le dedicaran una calle”, dijo Eastwood sobre Jewell en el American Film Festival a finales de noviembre. “Se merece eso y más”.