La clave estaría en el bloqueo de dos proteínas, que, según la investigación liderada por el doctor Juan Cubillo Ruiz, de la Weill Cornel Medical School, abriría la puerta a una terapia. Los detalles del hallazgo explicados por expertos del Conicet.
El tratamiento del cáncer y la búsqueda de terapias que contengan el avance de la enfermedad desvela a la comunidad científica.
De hecho el Premio Nobel de Medicina este año fue otorgado a dos investigadores por su trabajo en inmunoterapia aplicada al tratamiento de esta enfermedad, utilizando un revolucionario enfoque para lidiar con la patología.
El norteamericano James P. Allison, desde el MD Anderson Center en Texas, y el japonés Tasuku Honjo, de la Universidad de Kyoto, compartieron el galardón por sus estudios en paralelo sobre proteínas que debilitan al sistema inmunológico, y la posibilidad de bloquearlas para permitir que este se lance más rápida y eficientemente sobre los tumores.
En la actualidad uno de los mayores enigmas consiste en comprender por qué algunos tumores no responden a las terapias inmunológicas y generan mecanismos de escape y resistencia.
Gabriel Rabinovich, investigador superior del Conicet, y Juan Pablo Cerliani, investigador adjunto, ambos del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME, CONICET-FIBYME), colaboraron con el trabajo de investigación del Dr. Cubillo Ruiz publicado en la revista Nature, en el que participaron junto a colegas de diversas instituciones del mundo.
El trabajo responde a una pregunta crucial en la clínica, plantean los investigadores: ¿por qué algunos tumores responden y otros no, a la inmunoterapia? “La inmunoterapia empezó a funcionar en muchos pacientes, entre ellos pacientes con melanoma, o cáncer de pulmón, linfoma Hodgkin, pero hay tumores que son paradigmáticos donde no funcionan, entre ellos el tumor de ovario y el de páncreas; en particular en cáncer de ovario se está estudiando por qué es resistente a una gran variedad de terapias”, explicó Rabinovich.
El bloqueo de dos proteínas llamadas IRE-1a y XBP1, en ratones, sería efectivo para revertir la resistencia a la inmunoterapia, abriendo la puerta a una terapia o combinación de terapias que puedan presentar efectividad en cáncer de ovario.
En el trabajo describieron -según explicaron los autores- que “el ambiente hostil inflamatorio que genera el cáncer de ovario (llamado ascitis) contiene factores solubles que bloquean un transportador de glucosa –llamado GLUT1- en los linfocitos T, -que son los glóbulos blancos que atacan al tumor cuando funciona la inmunoterapia-, dejándolos inactivos o ‘paralizados'”.
La investigación que presentaron vincula cuatro procesos celulares: el ingreso de glucosa a la célula y su utilización, el estrés del retículo endoplasmático, la glicosilación de proteínas, y la respiración mitocondrial.