Lo harán investigadores del Centro Nacional Patagónico, con financiamiento de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica. Un grupo de científicos argentinos ya participó de una investigación sobre las áreas marinas protegidas, que fue publicada en el último número de la revista Nature. Ahora, repetirán el estudio en el Parque Marino Costero Patagonia Austral.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró al período 2011-2020 como el Decenio para la Biodiversidad. Uno de los objetivos propuestos por el organismo multinacional es que para el fin de la década al menos el 10% de las zonas marinas y costeras se transformen en áreas protegidas. Un informe reciente publicado por la revista británica Nature probó la eficacia de este plan y destacó que las Áreas Marinas Protegidas (AMP) tienen en promedio ocho veces más peces de gran tamaño, nueve veces más peces de alto valor comercial y 20 veces más tiburones en comparación con las zonas abiertas a la pesca. Para preservar las especies marinas, Argentina creó en noviembre de 2012 tres de estas áreas que se sumaron al Parque Interjurisdiccional Marino Costero Patagonia Austral, de 2008. En estos días, un grupo de investigadores del Centro Nacional Patagónico (CENPAT) comenzó a analizar su funcionamiento y elaborar recomendaciones para un manejo efectivo de las AMP del país.
La investigación, publicada el 5 de febrero en la revista Nature, concluyó, tras realizar 4.800 censos visuales por buceo en más de 2.000 sitios distribuidos en 40 países, que existen cinco factores claves que determinan la efectividad de las áreas marinas protegidas. Estos son: el nivel de pesca, el control, la antigüedad, la extensión del área y el grado de aislamiento. Alejo Irigoyen, Doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad del Comahue, es uno de los dos argentinos que participaron de la investigación publicada en la revista británica. Ante la consulta de Tiempo Argentino, dice sobre ese parque: “tiene potencial en todos esos parámetros. Porque es grande, está en una zona aislada, el control es posible y, si bien es nuevo, es cuestión de que pase el tiempo. Nosotros tomamos datos de los golfos norpatagónicos: el de San José, el Nuevo de Puerto Madryn y el Golfo San Matías, que es compartido por las provincias de Río Negro y Chubut. Esos datos que aportamos para la investigación de Nature también luego los podremos contrastar contra los que obtengamos de nuestra investigación del PIMCPA para analizar la efectividad de las áreas protegidas”.
Irigoyen realizó las mediciones junto con su compañero del CENPAT, David Galván. Ambos censaron y monitorearon las comunidades de animales que viven asociadas al fondo del océano mediante buceo autónomo y cámaras especiales controladas a distancia. Con la misma tecnología, ahora harán el relevamiento en el Mar Argentino.
El valor de la investigación a la que contribuyeron es que “hasta ahora solo existían evaluaciones particulares de los efectos, éxitos y fracasos de la implementación de las áreas marina protegidas, y faltaban trabajos que evalúen su performance a escala mundial en forma directa, con datos tomados a campo para este objetivo específico“. Ahora, los resultados obtenidos pueden servir de parámetro para la fase que viene en el país.
A raíz de la declaración del Decenio para la Biodiversidad se crearon varias Áreas Marinas Protegidas en los océanos Pacífico e Índico, que totalizan 1,6 millones de kilómetros cuadrados. Esa cifra, que parece grande, representa sin embargo menos del 2% de la superficie oceánica, según el artículo “Haciendo que las áreas marinas protegidas funcionen” de la revista Nature.
Escasa cobertura. En 2008, una investigación de la ecuatoriana Paulina Guarderas estableció que la costa sur de Sudamérica es una de las regiones de Latinoamérica y el Caribe con menor cobertura de AMP. En ese marco, la Argentina viene mejorando la superficie oceánica protegida en los últimos años y llegó, con la creación en agosto del año pasado del área Namuncurá–Banco Burwood, una meseta submarina ubicada entre las Islas Malvinas y la Isla de los Estados, a elevar la protección del mar argentino del 1 al 4,5 por ciento.
El proyecto que estudiará el Parque Marino Interjurisdiccional Patagonia Austral está financiado por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y estará a cargo de investigadores del CONICET y el CENPAT, un centro que brinda asesoramiento y establece propuestas desde la vinculación tecnológica en temas referidos a la creación, conservación y prácticas de manejo de áreas protegidas desde hace más de 40 años. El objetivo principal de los académicos es analizar la actividad pesquera y sus impactos en la zona y, al mismo tiempo, diseñar un plan de monitoreo a largo plazo para evaluar el estado de conservación de peces e invertebrados, así como también elaborar recomendaciones para un manejo efectivo de las AMP.
En tiempos en que el vínculo del hombre con la naturaleza es meramente instrumental, Irigoyen asegura que el humano es el principal depredador que amenaza a la flora y la fauna marina, “pero no solo somos una amenaza para los bichos, sino para nosotros mismos. Ya que sin los recursos naturales no podremos subsistir”.
Las AMP de la argentina.
En diciembre de 2008, el Congreso de la Nación sancionó la Ley 26.446 que creaba el Parque Interjurisdiccional Marino Costero Patagonia Austral, co-administrado por la Provincia de Chubut y Parques Nacionales. Fue la primera Área Marina Protegida (AMP) del país y se propuso, entre otros objetivos, “mantener muestras representativas de los ecosistemas terrestres, costeros y marinos, que aseguren la continuidad de los procesos naturales” y “concientizar sobre la importancia de la conservación del área”.
En noviembre de 2012, el Congreso creó dos nuevos parques marinos en Santa Cruz, al declarar como áreas protegidas nacionales los Parques Interjurisdiccionales Marinos Makenke (71.271 hectáreas) e Isla Pingüino (159.526 hectáreas), zonas que son consideradas entre las áreas marinas más ricas del mundo. Finalmente, en agosto del año pasado, Argentina creó el Parque Nacional Marino Banco Burdwood, la primera área natural protegida enteramente oceánica que protege más de 3 millones de hectáreas de superficie marina y está ubicada entre las Islas Malvinas y la Isla de los Estados.
2020 – Compromiso
Hace tres años, los países integrantes de las Naciones Unidas se comprometieron a proteger, para el año 2020, al menos el 17% de las zonas terrestres y de las aguas interiores y el 10% de las zonas marinas y costeras.