La compañía ya tiene el permiso de la Comisión Federal de Comunicaciones para lanzar 4.425 satélites en órbita aunque, a largo plazo, planea lanzar 12.000.
SpaceX, la empresa creada por Elon Musk para hacer viajes espaciales, ha revisado su hoja de ruta para la iniciativa Starlink, que pretende llevar Internet de alta velocidad por todo el mundo a partir del uso de una constelación de satélites.
Los nuevos cambios en el proyecto implican una reducción del número de satélites así como una modificación de sus posiciones y de sus interacciones.
Por el momento, según el diario digital Inverse, la compañía ya tiene el permiso de la Comisión Federal de Comunicaciones para lanzar 4.425 satélites en órbita aunque, a largo plazo, planea lanzar 12.000.
Para saber cómo funcionará esta red de lanzaderas espaciales, Mark Handley, profesor de sistemas en red de la University College London, ha creado una visualización de cómo será la primera fase del proyecto.
Según Handley, Starlink será capaz de conectar Londres con Singapur en la mitad de tiempo de lo que se tarda actualmente con las infraestructuras de fibra óptica.
Con la revisión, SpaceX quiere que una parte de los satélites que se lancen para el proyecto Starlink se sitúen a 550 kilómetros sobre la superficie de la Tierra, en lugar de a 1.150 kilómetros, propuestos en un primer momento.
Según el profesor de la UCL, con los ajustes se mejorará la eficiencia de la iniciativa y será posible que Starlink esté disponible en 2020. Además, los cambios conllevan, según Handley, algunos beneficios.
El primero de ellos es la reducción de satélites. Habrá 16 lanzaderas espaciales menos de las previstas flotando sobre nuestras cabezas. La primera fase de Starlink estaba programada para llevar al espacio 1.600 satélites, lo que significa que ahora se está considerando un total de 1.584 después de tener en cuenta las revisiones.
Esto puede parecer poco importante, pero la Comisión Federal de Comunicaciones estaba preocupada por la gran cantidad de artefactos que SpaceX planeaba lanzar en órbita cuando se propuso por primera vez Starlink, es probable que cualquier disminución sea un buen augurio para la agencia gubernamental estadounidense.
Además, también se reduciría la cantidad de basura espacial. Y es que orbitando a 1.150 kilómetros de la Tierra, los satélites de Starlink podrían terminar dando vueltas alrededor del globo durante cientos de años antes de caer en nuestro planeta. La nueva altura reduce este marco de tiempo a unos de cinco años.
El segundo de los beneficios es que se reduce la posibilidad de colisión. Los satélites Starlink se moverán constantemente, por lo que habrá una probabilidad real de que choquen entre ellos. Pero, con menos piezas en el espacio no hay tanto riesgo de que éstas colisionen.
Originalmente, los satélites se acercaban a una distancia de 40 kilómetros entre sí. Una cifra “bastante cercana” para los estándares orbitales, según Handley. Ahora, con la nueva propuesta, se ha incrementado a 90 kilómetros para reducir las posibilidades de que algo vaya mal.