Se decidió por una ley que solo votó el FPV. Lo custodia la policía de la provincia y destinan un presupuesto para repararlo.
Después de ser custodiado y administrado por Lázaro Báez desde 2011, el gobierno de Alicia Kirchner se hizo cargo oficialmente del Mausoleo donde descansan los restos del ex Presidente. La secretaría de Cultura se ocupa del edificio y la Policía Provincial lo custodia las 24 horas del día. No volvió a abrir sus puertas al público desde que el empresario K envió la llave con su jefe de seguridad a Cristina Kirchner, pero según confirmaron a Clarín se trabaja en “un cronograma para que vuelvan a visitarlo”. Ya no será responsabilidad de la familia Kirchner el mantenimiento y cuidado del lugar. Todo será financiado por la Provincia.
En menos de un año, Báez se desligó del Mausoleo que construyó en 2011 Austral Construcciones. Así, puso fin a una relación de negocios millonarios durante doce años y que tuvo su pico emotivo cuando Báez anunció que el Mausoleo era “un regalo que nunca pensé que iba a tener que hacer” tras la muerte de su amigo Kirchner.
Con el avance de las causas judiciales y la cesación de pago de Vialidad Nacional a favor de Austral la relación se quebró y el empresario K decidió no ocuparse más del edificio de once metros de alto y quince de ancho.
Con sus puertas cerradas al público, algo que no ocurría desde octubre de 2011 cuando se inauguró, el Mausoleo que sobresale en el humilde cementerio de Río Gallegos, se convirtió -gracias al voto de los diputados del FpV- en “monumento provincial y patrimonio histórico” de Santa Cruz. Esto resolvió un conflicto: hasta ese entonces la familia Kirchner debía mantenerlo y garantizar su seguridad. La ley 3481 fue promulgada por Alicia Kirchner el 28 de junio en el Boletín Oficial y transcurrieron algunos meses hasta que se materializó.
Ahora la secretaría de Cultura de la Provincia, se encarga de la administración del Mausoleo. Según informaron a Clarín, entre dos y
tres personas se ocupan de limpiarlo y mantener sus alrededores que muestran un marcado abandono producto de varios meses sin personal destinado al cuidado del lugar.
Al recorrer el edificio, cuyo enrejado permanece bajo llave, se observa el césped sin cortar, sectores sin riego, grandes pastizales y sectores despintados. Ya no flamea esa gran bandera argentina que hizo colocar Lázaro Báez: era de un material especial que impidía que se destiña con el correr del tiempo. En las rejas negras que rodean el Mausoleo banderas militante y unas pocas flores de plástico resisten el viento. Nadie lo visita hace meses. Quiennes lograron una excepción fueron Cristóbal López y Fabián De Sousa que ingresaron el 27 de octubre, el día del aniversario de la muerte de Kirchner: Daniel Álvarez, chofer de Cristina, les abrió la puerta.
“Ahora viene gente a mantenerlo y lo están arreglando, al menos dos a tres por semana, pero no todos los días”, indicó uno de los policías que estaba por finalizar su guardia de ocho horas. Lo limpian por dentro y en sus alrededores y se está detallando qué debe arreglarse del lugar.
Dentro de los recursos destinados a la administración del lugar, se incluye por ley su seguridad. La policía de Santa Cruz con turnos de ocho horas, garantiza custodia las 24 horas. Permanecen en la casilla que Báez había destinado al personal de Austral que antes cuidaba el lugar.
La provincia quiere que vuelva a abrirse. “Se está trabajando en un cronograma de apertura”, informaron desde la provincia. Sin embargo, no detallaron cuánto dinero destinan al mantenimiento y administración del edificio que es investigado por la Justicia
El juez Sergio Torres busca determinar si la construcción del Mausoleo -que demandó en principio $ 4,5 millones- se realizó con fondos provinciales y si la administración del lugar hasta 2015 se hizo a través del gobierno santacruceño. En el marco de esta causa, aún no logran dar con el paradero de Sebastián Elizate el arquitecto que contrató Báez para construir el panteón de Kirchner.