Las cabinas estarán refrigeradas para dormir la siesta y ponerse a salvo de los 40°C y el sol implacable del exterior.
Cabinas minúsculas con aire acondicionado, colchón y sábanas, que recuerdan a los “hoteles cápsula” japoneses, permitirán a los fieles dormir una siesta y quedar como nuevos durante la peregrinación a La Meca, el multitudinario ritual que desde mañana y hasta el viernes próximo congregará a dos millones de musulmanes y tendrá una versión modernizada.
En esta edición se incorpora también la novedad de las apps que los técnicos sauditas diseñaron para ayudar a los fieles, por ejemplo, a traducir los carteles e indicaciones del árabe a sus idiomas de origen con sólo consultar el celular, y a moverse con soltura en ese laberinto sagrado y multitudinario de La Meca y sus alrededores durante seis días.
Para facilitar la peregrinación a los que no pueden pagar una habitación de hotel, una asociación caritativa decidió, en colaboración con las autoridades sauditas, instalar este año unas 20 “cápsulas de siesta” en la ciudad de Mina (oeste), vecina de La Meca, y ayudar así a mitigar los 40°C y un sol a plomo que desafía el bienestar de los fieles.
Estas cabinas serán gratuitas y representarán una “solución económica” para los peregrinos, afirmó Mansur al-Amer, director de la Haji and Mutamer Gift Charitable Association, la entidad civil que tomó a su cargo la innovación.
Las cabinas -de 2,64 x 1,2 metros- están fabricadas en fibra de vidrio para protegerse del sol. El usuario puede regular la temperatura del interior, donde dispone de un espejo y un enchufe para cargar el móvil. Los peregrinos podrán descansar en ese pequeño paraíso durante tres horas y los servicios de limpieza aprovecharán los horarios de la oración -cinco veces al día- para cambiar las sábanas y esterilizar las cabinas.
“Esta idea ya está extendida en varios países, como Japón. Pensamos que se adapta perfectamente a los lugares muy concurridos como La Meca”, dijo Amer. “Las cápsulas forman parte de la economía colaborativa, como las bicicletas que se alquilan una hora”, agregó. Doce cabinas como estas se probaron con éxito cerca de La Meca durante el Ramadán, el mes de ayuno de los musulmanes, con unas 60 personas al día, recordó Al-Amer.
Como todos los fieles deben realizar el hash al menos una vez en su vida -si disponen de medios económicos para hacerlo-, la llegada de cientos de miles de personas supone un reto logístico importante. Por eso se lanzó otra gran novedad tecnológica, esta vez directamente en manos de las autoridades sauditas, una iniciativa llamada smart hajj con aplicaciones para el celular que asisten a los peregrinos en la orientación y en obtener atención médica urgente de la Media Luna Roja saudita. La aplicación también permite localizar a los peregrinos si se pierden.
El Ministerio de la Peregrinación gestiona asimismo la aplicación Manasikana con traducciones del árabe a los respectivos idiomas de los fieles, llegados a cumplir con el deber religioso no sólo de los otros países de Medio Oriente y el norte de África, sino del resto del mundo.
Son tantos los visitantes que los grupos visten colores diferentes según sus países de origen para evitar perderse entre la multitud. Para muchos es su primer viaje al extranjero, y algunos van en sillas de ruedas, empujados por familiares.
La peregrinación de este año se desarrolla en un contexto de modernización en Arabia Saudita, uno de los países más conservadores del mundo. Desde junio pasado las mujeres pueden manejar, un cambio absolutamente inconcebible unos años atrás y promovido, como otras innovaciones sociales y económicas, por el reformista príncipe heredero, Mohammed ben Salman.