Fue penado también con tres años de inhabilitación. Lo hallaron culpable de deformar la bala extraída del cuerpo del militante de izquierda asesinado en 2011.
El perito Roberto Locles fue condenado hoy a un año de prisión en suspenso y tres años de inhabilitación, al cabo de un juicio en el que estuvo acusado de deformar el proyectil extraído del cadáver del militante de izquierda Mariano Ferreyra.
Así lo resolvió por unanimidad el Tribunal Oral en lo Criminal 16, luego de que las querellas, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y el Partido Obrero (PO) pidieran penas de prisión de “cumplimiento efectivo” para el perito de parte.
La Fiscalía había solicitado dos años de prisión en suspenso más ocho de inhabilitación para actuar como perito de parte en causas judiciales. Al hablar antes del veredicto, haciendo uso de su derecho a pronunciar sus últimas palabras, Locles proclamó nuevamente por su inocencia y, en consonancia con su defensa, pidió la absolución.
Los jueces Gustavo González Ferrari, María Cristina Bértola e Inés Cantisani lo condenaron por el delito de alteración de un objeto destinado a servir de prueba y el próximo lunes a las 13.30 darán a conocer los fundamentos de su decisión. Locles llegó a juicio acusado de haber producido la deformación del proyectil que mató a Ferreyra el 22 de febrero de 2011, durante una pericia ordenada para determinar si la bala calibre 38 había rebotado en el piso (como finalmente se probó) o si había sido disparada en línea horizontal hacia el cuerpo del militante del PO.
Durante la junta de peritos, de la que participaron expertos de las partes y de Gendarmería Nacional, Locles tomó la bala y comenzó a golpearla contra la mesa para probar que el proyectil podía rebotar, tal como era su teoría de lo que había ocurrido.
Ferreyra fue asesinado cuando un grupo de trabajadores planeaba cortar las vías del tren Roca y fueron enfrentados una patota de la Unión Ferroviaria. Por ese crimen, fueron condenados ferroviarios y policías; entre ellos, el sindicalista José Pedraza, que recibió 15 años de prisión.
Durante el juicio a Locles, los peritos que participaron de la junta ratificaron que agarró la bala y comenzó a golpearla y agregaron que sabía que se trataba del proyectil original. Locles sostuvo que no sabía que era la bala y que el proyectil que golpeó no había sufrido ningún daño. La querellante Claudia Ferrero, del PO, pidió una pena de tres años y ocho meses de prisión y el doble de inhabilitación por el delito de “destrucción de un medio destinado a ser utilizado como prueba en una causa judicial”. Por el mismo cargo, el abogado del CELS Carlos Ferrón reclamó tres años y tres meses y también el doble de inhabilitación.
El fiscal Fernando Fiszer, en cambio, entendió que el proyectil había sufrido una “alteración” y en consecuencia pidió la pena de dos años de prisión en suspenso y ocho años de inhabilitación, mientras que la defensa de Locles, a cargo de Luis Alberto Grisolía, postuló la absolución.