Condenan a recluso que montó una pyme narco en el pabellón: los presos le pagaban por transferencia

La investigación no avanzó sobre la eventual connivencia de personal penitenciario y la causa se cerró con un juicio abreviado, es decir, que el convicto se declaró culpable. Su pareja ya había sido penada como partícipe, ya que recibía las transferencias que le enviaban familiares de los detenidos para el consumo dentro del pabellón 6 de la cárcel de Piñero.

Un preso ligado a la narcocriminalidad fue condenado este viernes a 5 años y medio de prisión por el delito de comercialización de estupefacientes. La investigación detectó que el recluso en cuestión, Brandon Paulo Aramburu, había montado una pyme de distribución de drogas dentro de un pabellón de la cárcel de Piñero, bajo la órbita del Servicio Penitenciario.

De acuerdo con la acusación, Aramburu, que hacía las veces de delegado y mantenía vínculos con Los Monos, había organizado un sistema de ingreso de droga (marihuana y cocaína) mediante mujeres embarazadas que entraban al penal como visitas y no pasaban por el escáner corporal. Luego, la sustancia era fraccionada en el pabellón. El análisis de los movimientos bancarios de la novia del principal investigado demostró que, en un año y seis meses, recibió transferencias por más de 14 millones de pesos.

Según la pesquisa a cargo del fiscal Franco Carbone, el búnker de drogas había sido instalado en el pabellón Nº 6 por Aramburu, mencionado en distintas investigaciones como un jugador del narcomenudeo con operatoria en el Fonavi de Rouillón y Seguí. Archivos judiciales y policiales indican que cayó detenido en 2018 por portación de arma, y otra vez en septiembre de 2020 por una balacera. Su nombre volvió a aparecer a mediados de 2022, sindicado como integrante intramuros de la violenta banda de Luciano “Lucho” Cantero, hijo del asesinado jefe de Los Monos, Claudio “Pájaro” Cantero, con quien tenía contacto telefónico. Por esa causa de asociación ilícita fue condenado en agosto de 2024 a cuatro años de prisión. Ahora, sus condenas se unificaron en 17 años de prisión efectiva.

“Se le atribuye a Aramburu y a Celeste Barjollo –su pareja, ya condenada a cuatro años– haber comercializado estupefacientes en el interior del pabellón 6 entre el 1º de septiembre de 2022 y el 20 de marzo de 2024”, señala la acusación.

“Aramburu, aprovechando su carácter de delegado del pabellón, ingresaba semanalmente, a través de mujeres visitantes de otros internos que se encontraban cursando un embarazo, la cantidad aproximada de 100 gramos de cocaína y 100 de marihuana”, agrega el documento judicial.

“Luego de fraccionarlo para el menudeo –continúa la acusación–, Aramburu comercializaba el material estupefaciente, el cual era adquirido por los habitantes del pabellón”.

Por último, se determinó que “el pago se realizaba mediante transferencias a las cuentas de Ualá y Mercado Pago de Barjollo, quien en dicho período recibió 1.071 transferencias efectuadas por 66 personas vinculadas con 50 internos del pabellón 6 por 14.309.771 pesos”.

Aramburu fue condenado como autor del delito de comercio de estupefacientes a 5 años y medio, pena que se unificó con sentencias anteriores y ascendió a 17 años. Su pareja ya había recibido en diciembre una pena de cuatro años como partícipe primaria del mismo delito.

Como evidencia, la Fiscalía presentó una extensa lista de movimientos bancarios remitidos por Mercado Pago y Ualá. Algunos presos también prestaron declaración en carácter de testigos reservados. “Antes de que lo pasen al pabellón de alto perfil, Brandon manejaba muchísima droga tanto adentro como afuera del pabellón. En la calle vendía de a kilos”, aseguró un informante.

Sin embargo, la investigación no avanzó sobre la eventual connivencia de personal penitenciario, en cuyas narices funcionaba la pyme narco.

En julio del año pasado, el juez Hernán Postma había ordenado investigar la “inscripción litigiosa” de un inmueble ubicado en la localidad de Funes, bajo sospecha de haber sido adquirido y refaccionado con dinero ilícito por Aramburu y su pareja.

En la misma audiencia, la jueza Castelli convalidó penas para tres personas ligadas a la banda de Gastón Schneider, hijo del Pájaro Cantero que pasó sus días alojado en el pabellón 6 junto a Aramburu y que también posee una causa abierta por asociación ilícita.

Luna Segovia fue condenada a 3 años y 9 meses de prisión por asociación ilícita, en calidad de miembro, y amenazas coactivas agravadas por el uso de armas, en carácter de coautora.

Nahuel Chávez, a 4 años y 2 meses por asociación ilícita, en calidad de miembro; portación ilegítima de arma de fuego de guerra, abuso de armas y encubrimiento agravado, todos en carácter de coautor; y encubrimiento simple.

Javier Ortiz, a 3 años y 6 meses de prisión efectiva por asociación ilícita, en calidad de miembro.