El objetivo de nombrar a Luis Parra como presidente de la Asamblea Nacional es para que apruebe concesiones de campos petroleros para que sean explotados por Rusia
La conexión rusa asoma en el último asalto del chavismo contra el Parlamento democrático. Las sospechas se desataron desde el primer momento del golpe legislativo, cuando Vladimir Putin reconoció de forma automática a la junta directiva fraudulenta impuesta a la fuerza por el chavismo, pese a tratarse a un burdo vodevil orquestado desde el Palacio de Miraflores.
Los rusos fueron los primeros en hacerlo, tan deprisa que parecía preparado de antemano: “Consideramos la elección de una nueva dirección del Parlamento como el resultado de un proceso democrático legítimo, que propicia el retorno de la lucha política venezolana a la constitucionalidad“, señaló el Ministerio de Exteriores ruso en un comunicado, pese a que no hubo tal proceso y, mucho menos, fue democrático, legítimo o constitucional. Militares y autoridades revolucionarias impusieron a Luis Parra, expulsado de su partido acusado de venderse a millonarios chavistas, sin quorum y sin presencia de quién debía presidir un pleno que nunca comenzó legalmente.
¿Por qué tanta boato y premura pese a tales circunstancias? La Comisión de Finanzas del Legislativo, que llevaba meses investigando los intereses de Moscú en Venezuela, sabe la respuesta: Rusia ha impuesto a Caracas que el Parlamento (aunque sea en origen ilegal y fraudulento) apruebe concesiones de campos petroleros en un país arruinado a cambio de pagos de deuda y de dinero en metálico, que tanta falta hace para engrasar la máquina de control social de la revolución. De esta forma Moscú contaría también con cierto respaldo jurídico ante futuras demandas internacionales, ya que la Constitución obliga a que cualquier acuerdo de ese tipo alcanzado por el Ejecutivo esté refrendado por el Parlamento.
“Toda la maniobra de Parra (el falso presidente) y Maduro con el parapeto de la Asamblea Nacional (AN) es para buscar dinero fresco. Lo que hay detrás es un canje de bonos por campos petroleros“, desveló el diputado y presidente de la Comisión, Ángel Alvarado, tras obtener información reservada de personas allegadas al bufete Dentons, que asesora a la petrolera estatal PDVSA. Rusia necesitaría el visto bueno del Legislativo para sus proyectos en campos petroleros venezolanos, según esta versión.
“Creemos que hay un canje de deuda que se hará fuera de la jurisdicción de Maduro (…). Hay más de 2.000 millones de dólares que se han ido a Hong Kong para este canje de bonos“, agregó el legislador, añadiendo que la entrega de campos petroleros a Rusia busca bajar la deuda con Rosneft.
Ya el presidente legítimo del Parlamento, Juan Guaidó, había dicho que sospechaba que había “algo en conjunto” entre Rusia y la directiva espuria encabezada por Parra, debido a que Moscú aseveró que su elección fue democrática.
“A los rusos les preocupa la legitimidad de los contratos en una transición. Es evidente que ellos quieren que Maduro tenga el control de la Asamblea Nacional antes de involucrarse más, aunque ya Rosfnet no tenga casi deuda. Gran parte de la deuda es con el Estado por la venta de las armas rusas“, confirmó a EL MUNDO Francisco Monaldi, experto energético radicado en Texas.
En la actualidad, los campos petroleros bajo control ruso están situados en la Faja del Orinoco, al menos tres, y dos campos de gas en la zona de Mariscal Sucre, además de uno pequeño en Occidente, según Monaldi. “Pero el único que produce es PetroMonagas, los demás es hacia el futuro. También hay un caso raro en PetroZamora, donde no tenemos claro sin son rusos o bolichicos (millonarios enriquecidos por sus negocios con el chavismo)“, concluye el experto.
El apoyo ruso es clave para la supervivencia de Maduro pese al gigantesco derrumbe social y económico que sufre el que fuera país más rico del continente. Así lo reconoció el lunes el propio enviado especial de EEUU para Venezuela, Elliott Abrams, quien aseguró que el gran error estratégico de Washington fue infravalorar el apoyo de Cuba y Rusia al régimen bolivariano. Según los cálculos de la administración de Donald Trump, las empresas rusas manejan hoy en torno al 70% del petróleo venezolano. El gigante petrolero estatal ruso Rosneft “está en el centro de la economía petrolera” del país criollo, constató Abrams.