Mitsuko Tottori admite que a Japón le queda mucho por hacer para que personas como ella ocupen el puesto de directora ejecutiva.
Tottori fue nombrada en enero primera mujer presidenta y directora ejecutiva de Japan Airlines (JAL), coronando una carrera que empezó hace casi 40 años, cuando se incorporó a la aerolínea como azafata.
Su ascenso es un hecho insólito en un país donde las mujeres siguen encontrando grandes obstáculos para ascender.
“Japón se encuentra todavía en la fase de establecer el objetivo inicial de aumentar el número de mujeres directivas”, declaró este miércoles a CNN en una entrevista en la sede de la aerolínea en Tokio. “Espero que Japón se convierta pronto en un lugar donde la gente no se sorprenda cuando una mujer se convierta en presidenta”.
“Queremos aumentar seriamente el número de (mujeres) directivas, y más que eso, creo que es importante que las propias mujeres quieran ser activas, así que realmente espero ver cada vez más (de ellas) en el futuro”, añadió.
Tottori, de 59 años, comenzó su carrera en la aerolínea nacional en 1985. Treinta años más tarde, en 2015, se convirtió en directora superior de auxiliares de vuelo y fue ascendiendo en el escalafón.
Su trayectoria difiere enormemente de la de sus predecesores. Es muy raro que una exazafata ascienda a un alto cargo. De los 10 últimos presidentes de Japan Airlines, siete se licenciaron en la prestigiosa Universidad de Tokio. En cambio, Tottori estudió dos años en el Kwassui Women’s Junior College de Nagasaki, parte de una red de instituciones que ha desempeñado un importante papel en la educación superior femenina.
El predecesor de Tottori tenía formación en mantenimiento de aviación, mientras que el presidente anterior empezó como piloto.
Tottori, fotografiada en 1985 utilizando un teléfono de a bordo, comenzó su carrera como auxiliar de cabina en Japan Airlines.
Entre las razones que esgrimió JAL para ascender a Tottori a un puesto directivo estaba su “alto nivel de conocimientos y experiencia sobre el terreno en operaciones de vuelo seguras y servicio a lo largo de su carrera”, y durante la pandemia de covid-19 hizo una “importante contribución al mantenimiento de la seguridad de las operaciones”.
Tottori asumió el alto cargo el 1 de abril, y su nombramiento se produce en un momento en que la aerolínea se enfrenta a las consecuencias de la colisión del vuelo 516 en el aeropuerto tokiota de Haneda el 2 de enero, así como a las consecuencias de la actual crisis de seguridad de Boeing (BA).
Un accidente grave
Al aterrizar en Haneda, el avión de pasajeros Airbus A350 colisionó con un avión de la guardia costera en la pista, matando a cinco personas. Las 379 personas que viajaban en el vuelo 516 de JAL fueron evacuadas sanas y salvas, en una hazaña que puso de relieve el impresionante protocolo de seguridad seguido por la tripulación, que fue elogiada por su rapidez y sangre fría a la hora de reaccionar.
Tottori dice que vio el accidente por televisión. Elogió a la tripulación y a los pasajeros por la rápida evacuación.
“En primer lugar, creo que la cooperación de nuestros clientes fue enorme. Realmente siguieron las instrucciones de la tripulación con calma, lo que creo que fue un factor importante. Además, creo que fue importante que los resultados de la formación (sobre seguridad) se materializaran plenamente”, declaró.
Tottori afirmó que haría de la seguridad una prioridad. El año en que se incorporó a la compañía, el vuelo 123 de JAL de Tokio a Osaka se estrelló, matando a 520 de los 524 que iban a bordo, en lo que sigue siendo el accidente aéreo más mortífero de la historia de la aviación.
Shukor Yusof, fundador de Endau Analytics, que realiza un seguimiento del sector de la aviación, afirmó que la seguridad es primordial en la industria aeronáutica y que la experiencia de Tottori ayudaría a mejorar aún más esos protocolos.
“Japón tiene una excelente ‘cultura de la seguridad’ en comparación con muchos países, incluso desarrollados. Por desgracia, JAL ha tenido un par de accidentes desagradables anteriormente (el vuelo 123 en 1985 y el último en enero de 2024). Creo que una mujer, sobre todo con experiencia como tripulante de cabina, puede ayudar a mejorar los ya de por sí elevados protocolos de seguridad de JAL”, afirma.
Brecha de género
El nombramiento de Tottori se produce en un momento en el que Japan Inc lucha por abordar una flagrante brecha de género y mejorar la diversidad en las empresas más importantes.
Japón ocupa el puesto 125 de 146 países en el Índice Global de Brecha de Género 2023 del Foro Económico Mundial, descendiendo nueve puestos con respecto al año anterior y situándose muy por debajo de otras naciones desarrolladas del Grupo de los Siete.
A nivel regional, Japón es el país asiático con peor paridad de género, por detrás de Myanmar y Fiyi.
En 2023, sólo el 12,9% de los puestos directivos y de liderazgo estaban ocupados por mujeres, según el informe Global Gender Gap.
“Hay empleadas que están luchando con sus pasos profesionales o atravesando acontecimientos vitales. Espero poder infundirles valor o empujarlas a dar el siguiente paso tras ver mi nombramiento como presidenta”, declaró Tottori en enero.
El gobierno pretende que las mujeres ocupen el 30% de los puestos de alta dirección en las principales empresas cotizadas en bolsa para 2030 y afirma que apoyará los esfuerzos para crear una vía de promoción de la mujer.
Pero el cambio desde dentro ha sido lento.
El Dr. Seijiro Takeshita, catedrático de Gestión e Información de la Universidad de Shizuoka, afirma que las empresas japonesas no han hecho lo suficiente para garantizar la presencia de mujeres en el proceso de promoción a puestos directivos.
“Las tradiciones, prácticas y culturas son una roca dura de roer. Pero lo estamos consiguiendo”, afirma. “Que una mujer se convierta en directora ejecutiva de la empresa líder de Japón es una señal increíblemente positiva”.
En su opinión, el nombramiento de Tottori será valorado “muy positivamente” por la opinión pública y las partes interesadas, sobre todo teniendo en cuenta que ha seguido un camino “no elitista” y ha ido ascendiendo en la empresa.
“Que un tripulante de cabina se convierta en director ejecutivo es algo que se valora muy positivamente, sobre todo entre los empleados de JAL, que preferirían ver a sus ‘camaradas’ convertirse en consejeros delegados antes que a un consejero delegado de otras empresas o a burócratas o expolíticos”, afirmó Takeshita.
JAL se ha recuperado bastante bien tras la pandemia de covid-19, aprovechando el gran interés turístico que despierta el país, según Yusof.
“Dicho esto, su competidor nacional ANA (All Nippon Airways) también lo está haciendo igual de bien. De hecho, la continua debilidad del yen es una bendición para los turistas, pero, por otro lado, cada vez son menos los japoneses que viajan al extranjero”, afirmó.