La politóloga y directora de la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad del CEMA, Constanza Mazzina, cuestionó en la 99.9 el doble estándar con que gran parte de la dirigencia mira la relación con Estados Unidos y China, y reflexionó sobre la histórica tensión entre el Estado intervencionista y el modelo liberal. “Hace décadas que discutimos lo mismo y seguimos empobreciéndonos”, advirtió.

La politóloga Constanza Mazzina, directora de la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad del CEMA, analizó en la 99.9 las contradicciones de la política argentina y la persistente tensión entre los modelos estatistas y liberales. “La Argentina vive tironeada entre dos visiones que no logra reconciliar. Tenemos una Constitución liberal republicana inspirada en la de Estados Unidos, pero desde los años 40 introdujimos el socialismo en el Estado. Cada tanto giramos hacia un extremo y luego hacia el otro, sin encontrar un punto medio”, señaló.
Mazzina vinculó esa oscilación ideológica con una mirada ambigua del país hacia las potencias mundiales. “Cuestionamos todo lo que viene de Estados Unidos, pero jamás nos preguntamos qué busca China cuando nos presta dinero o instala una base militar en Neuquén. Asumimos que si los chinos se oponen a los norteamericanos son buenos por definición, y eso es una simplificación muy peligrosa”, afirmó.
La politóloga recordó que cuando el gobierno de Alberto Fernández y Sergio Massa firmó un swap con China, “nadie se preguntó qué pedía el gigante asiático a cambio”. “China no hace beneficencia: actúa dentro de una estrategia global de expansión económica y política. Pero en la Argentina persiste una idea romántica de que el vínculo con China nos libera de la influencia de Estados Unidos”, explicó.
Mazzina también cuestionó la doble moral del discurso político, especialmente en los sectores que se autodefinen como anticapitalistas. “Hay dirigentes que tuitean contra el capitalismo desde un iPhone o una Mac, o que compran propiedades en Miami mientras hablan de igualdad. El problema de fondo es la hipocresía: quienes se enriquecieron gracias a la política son los que más se declaran en contra del capital”, señaló.
En su repaso histórico, la especialista describió un país atrapado en un “empate hegemónico entre dos Argentinas”. “Pasamos de la hiperinflación de los 80 a las privatizaciones de los 90, del 2001 a la reestatización de los 2000. Y cada etapa terminó mal. Llegamos a 2023 con una economía desastrosa, una presión fiscal insoportable y una clase media que no crece desde hace 20 años”, afirmó.
Finalmente, Mazzina destacó que los cambios más profundos parecen venir de la sociedad antes que de la dirigencia. “Los periodistas siguen haciendo preguntas con intención política y la gente responde desde otro lugar. Ese desconcierto de la clase política y mediática es el mismo que explica por qué muchos argentinos eligieron a Javier Milei en 2023. Hay una demanda de cambio real que la política todavía no termina de entender”, concluyó.