Esta enfermedad causa en Europa 75.000 muertes cada año.
Científicos del Instituto de Investigación Biomédica (IRB) de Barcelona han descubierto que una proteína podría ayudar a tratar los casos de cáncer de próstata avanzado que se ha hecho resistente a los tratamientos convencionales, informa Efe.
Un equipo liderado por Xavier Salvatella ha descubierto en la proteína TFIIF «un nuevo frente para atacar las células tumorales de próstata que han desarrollado resistencia al tratamiento».
El trabajo, que publica en la revista ‘Structure’, abre nuevas vías contra una enfermedad que provoca sólo en Europa 75.000 muertes al año.
Salvatella ha recordado que en la mayoría de casos, el cáncer de próstata se cura extirpando el tumor con cirugía y con radioterapia, y que hay un 20% de pacientes que necesitan tratamiento para eliminar células tumorales, aunque, inevitablemente, este deja de funcionar después de dos o tres años y el cáncer progresa.
«En este estadio de la enfermedad, ya no hay cura», advierte Salvatella.
Según el científico del IRB, las células tumorales de próstata necesitan que la proteína receptora de andrógenos esté activa para sobrevivir y proliferar, y el fármaco que se usa para eliminar las células tumorales interfiere, de hecho, con esta proteína.
El fármaco actúa uniéndose a una región concreta del receptor de andrógenos e inhabilita la proteína.
«Con el tiempo la proteína acumula alteraciones, muta, y se hace inútil enviar fármacos a aquella región, porque de hecho, la proteína se desprende de aquella parte», describe el investigador.
En el Laboratorio en Biofísica Molecular dirigido por Salvatella estudian la estructura tridimensional y los movimientos atómicos del receptor de andrógenos para encontrar nuevos puntos de anclaje y desde hace tiempo saben que la proteína tiene una región de sólo 20 aminoácidos, que es clave para que sobrevivan las células tumorales.
Ahora, el trabajo describe por primera vez que esta región -habitualmente sin estructura y por tanto a priori descartada para enviar fármacos- toma una estructura en forma de hélice.
El estudio evidencia que con la ganancia de esta hélice, otra proteína, la TFIIF, se engancha y la interacción entre ambas promueve la actividad del receptor de andrógenos y, consiguientemente, aseguraría la supervivencia y multiplicación de las células tumorales.
Así, además de la región de 20 aminoácidos que ya antes se conocía como posible diana terapéutica, el equipo del IRB Barcelona añade la proteína TFIIF.
«El hecho de que sea una proteína plegada con una estructura más bien definida, hace más fácil buscar fármacos que interfieran. Creemos que para las células tumorales de próstata que han alcanzado el estadio resistente, esta interacción puede ser el último recurso que tienen para sobrevivir y proliferar», explica Salvatella.
«Hemos comprobado en células in vitro que si eliminamos la región de 20 aminoácidos del receptor de andrógenos, la proteína TFIIF no se engancha. Y si la interacción falla, el receptor de andrógenos es menos funcional, que es lo que se busca», ha detallado Elzbieta Maria Szulc, estudiante de doctorado en el IRB Barcelona y primera autora del trabajo con Eva de Mol, ex-becaria «la Caixa» en el mismo laboratorio, que inició esta línea de estudio.
Los científicos están buscando ahora fármacos que interfieran con TFIIF, en colaboración con un grupo de expertos en simulaciones computacionales.
«Si después estos fármacos tendrán un efecto beneficioso en células aún no lo sabemos, pero hay datos que nos hacen ser optimistas», ha concluido Salvatella.