Reconoció que llevaba 15 años escuchando una radio financiada por Estados Unidos cuando salía con sus barcos.
Corea del Norte ha ejecutado al propietario de una flota pesquera porque, supuestamente, aprovechaba sus estancias en altamar para escuchar radios y medios de comunicación prohibidos por el régimen de Kim Jim Jong-un. Además, lo habrían hecho delante de 100 capitanes de barco y diferentes ejecutivos pesqueros para que sirviera como escarmiento. Radio Free Asia (RFA), un medio de comunicación financiado por el Gobierno de los Estados Unidos, publica que el empresario pesquero fue ejecutado tras admitir que llevaba 15 años escuchando esa radio y otras no permitidas por Corea del Norte. Según las fuentes que maneja RFA, el hombre al que se refieren con el nombre de señor Choi tenía alrededor de 40 años cuando fue fusilado.
El señor Choi habría adquirido la costumbre de sintonizar transmisiones procedentes del exterior de Corea del Norte cuando estaba en el ejército. Sin embargo, se pasó 15 años escuchando esas comunicaciones hasta que uno de los tripulantes de sus embarcaciones le denunció y lo entregó a su llegada a la ciudad portuaria de Chongjin.
Cargos de subversión
Esos 15 años escuchando emisoras de radio prohibidas por el régimen norcoreano llevaron a que las autoridades le acusaran de “subversión contra el partido”. Además, durante la investigación de los hechos, el Gobierno de Corea del Norte destituyó a los funcionarios encargados de la seguridad de la base pesquera.
Las fuentes de la RFA explican que el hombre ejecutado “trabajaba en una base pesquera afiliada a la Oficina 39 del Partido Central“. Esa Oficina 39 es una supuesta organización secreta que se encarga de conseguir divisas del exterior y “mantener un fondo para sobornos para Kim Jong-un”.
Además, añadieron que el señor Choi “era dueño de una flota de más de 50 barcos. Durante una investigación del departamento de seguridad provincial, confesó haber escuchado las transmisiones de RFA desde los 24 años, cuando trabajaba en el ejército como operador de radio”. No es la primera vez que el régimen de Pyongyang castiga a una persona por escuchar transmisiones procedentes del exterior.
Según la RFA, el pasado mes de junio un enfermero fue enviado a un campo de presos políticos por sintonizar esa radio en su trabajo, pero en noviembre de 2018 sucedió lo mismo con todo un oficial de la Guardia Suprema del país: en ese caso, todo su mando fue castigado por permitirlo.