Matthew Miller, que entró como turista y rompió su visado, ha sido declarado culpable de “actos hostiles” contra el régimen.
Corea del Norte condenó hoy a seis años de trabajos forzados al ciudadano estadounidense Matthew Todd Miller, de 24 años. Miller se encontraba detenido en Pyongyang desde el pasado abril, cuando llegó como turista al país y, según la versión oficial norcoreana, procedió a romper su visado, aparentemente con la intención de solicitar asilo político.
Miller, originario de California, es el segundo estadounidense condenado a trabajos forzados en Corea del Norte después de que el misionero Kenneth Bae, preso desde diciembre de 2012 en el país que lidera Kim Jong-Un, fuera sentenciado a 15 años por actos que pretendían desestabilizar el país, según Corea del Norte. Un tercer estadounidense, Jeffrey Fowle, de 56 años, se encuentra también detenido en el país, a la espera de juicio tras ser arrestado por dejar una Biblia en el cuarto de baño de un club social.
Según informó la agencia oficial del régimen norcoreano, KCNA, en un breve despacho, el Tribunal Supremo decidió condenar a Miller por cometer “actos hostiles a Corea del Norte tras entrar en el país bajo la apariencia de turista a finales de abril”.
En una entrevista que emitió la cadena de televisión por cable CNN a principios de septiembre, el ciudadano estadounidense había pedido públicamente al Gobierno de EE UU que interviniera en su favor. “Mi situación es muy urgente”, declaró entonces Miller, “muy pronto voy a ir a juicio y me mandarán directamente a prisión. Creo que esta entrevista es mi última oportunidad para presionar al Gobierno estadounidense a que me ayude”. El joven admitió que “antes de llegar aquí me preparé para violar la ley de Corea del Norte. Y cometí mi delito de manera deliberada”.
Al tiempo que Corea del Norte, el país más aislado del mundo, mantiene su línea dura contra sus enemigos tradicionales -Corea del Sur, Japón y EE UU, sobre todo-, ha iniciado también una tímida apertura en el sector turístico y en la última década ha multiplicado por 10 sus visitantes extranjeros, una estrategia encaminada a captar unas divisas muy necesarias para el régimen y mejorar su imagen en el exterior. Como parte de esta apertura, el mes pasado organizó en Pyongyang un campeonato de lucha libre con la participación de deportistas extranjeros y para el que invitó a varios medios extranjeros, entre ellos EL PAIS.
La sentencia contra Miller, más que un cambio en esta política, parece ser un intento de forzar una visita de alto nivel y concesiones de la parte estadounidense. En ocasiones anteriores, ciudadanos estadounidenses presos en Corea del Norte quedaron en libertad tras las visitas de personalidades como los ex presidentes Bill Clinton, en 2009, o Jimmy Carter, en 2010.
Washington ha intentado enviar en dos ocasiones a su representante para Derechos Humanos en Corea del Norte, Robert King, pero Pyongyang ha bloqueado el viaje ambas veces. El pasado viernes, en Washington, el secretario de Estado adjunto para Asia Pacífico de EE UU, Danny Russell, afirmaba que el régimen norcoreano utiliza a Miller, Bae y Fowle como “rehenes”, informa Reuters. El Gobierno del presidente Barack Obama ha lanzado reiterados llamamientos al régimen norcoreano para la puesta en libertad de sus conciudadanos.
“Hemos dicho en repetidas ocasiones que, llevados por preocupaciones humanitarias sobre Jeffrey Fowle, Matthew MIller y sus familias, pedimos que Corea del Norte les ponga en libertad para que puedan volver a sus hogares, y también pedimos que Corea del Norte indulte a Kenneth Bae, le conceda una amnistía especial y le ponga en libertad de inmediato para que pueda reunirse con su familia y recibir atención médica”, declaraba la semana pasada la portavoz del Departamento de Estado Marie Harf.