Un estudio hecho en Australia revela que esa droga mata al virus en 48 horas. Aquí lo trabaja un equipo de especialistas de universidades nacionales y del Conicet.
En una reacción rápida, coordinada y con las limitaciones que impone la cuarentena, científicos argentinos avanzan en las gestiones sanitarias para aplicar la ivermectina en humanos. Todo se aceleró después que se publicó un paper de investigadores australianos que mostraba cómo esa droga -usada a menudo como medicamento antiparasitario animal- podía matar el coronavirus en 48 horas en experimentos realizados “in vitro”.
La lectura de ese trabajo -que publicó este sábado la revista Antiviral Research y corresponde a una investigación de la Universidad de Monash en Melbourne (Australia)- impulsó a un grupo multidisciplinario de expertos de varias universidades nacionales y del Conicet a plantear la posibilidad de trasladar -en Argentina- esas pruebas de laboratorio a pacientes infectados con el virus.
Las gestiones y las “reuniones” por videoconferencia fueron frenéticas luego de la revelación que llegó desde el continente insular. De inmediato se autoconvocaron los investigadores locales que más conocen sobre la droga.
El director del Centro de Investigación Veterinaria de Tandil (Civetan), Carlos Lanusse, dijo a Clarín: “Comenzamos a analizar la posibilidad de trabajar en el diseño y aprobación de ensayos que permitan evaluar el efecto de este fármaco en pacientes infectados con coronavirus”.
Lanusse, profesor de Farmacología Veterinaria e investigador Superior del Conicet, mantuvo contactos con colegas de la Universidad de Salta y la Fundación Mundo Sano. Es que esas instituciones aportan un antecedente clave: trabajaron en la aplicación de ivermectina para el control de parásitos en adultos y niños en los últimos años.
“En estas horas avanzamos en las gestiones para implementar estudios de pacientes infectados. Tenemos que conseguir las autorizaciones en centros hospitalarios, contactar a los enfermos que acepten someterse a estas pruebas y esperar la aprobación de un comité de bioética. De allí surgiría un protocolo de atención”, explicó el científico de la Universidad Nacional del Centro (Unicen), con sede en Tandil.
“Tenemos una ventaja: la ivermectina está aprobada para el uso en humanos y hay formulaciones farmacéuticas en el país”, aclaró Lanusse.
El Civetan tiene más de dos décadas de trabajo con este compuesto. Cuenta con decenas de trabajos científicos sobre las propiedades farmacológicas de esta droga y sobre su utilización en diferentes especies animales y también en humanos.
“El desafío es científicamente atractivo porque debemos intentar que el efecto antiviral demostrado ‘in vitro’ se pueda trasladar a un paciente enfermo. Es necesario identificar el nivel de dosificación en el cual la droga podría frenar el desarrollo viral en el individuo infectado”, aclaró Lanusse.
El análisis coincide con el adelanto que hicieron los profesionales de la Universidad de Monash. “El próximo paso ahora -dice esa casa de estudios en un comunicado- es determinar la dosis humana correcta”.
La autora principal del estudio, Kylie Wagstaff, de la Universidad de Monash, explicó que habían descubierto que “incluso una sola dosis podía esencialmente eliminar todo el ARN viral en 48 horas y que, aún en 24 horas, había una reducción realmente significativa”.
La ivermectina, que tiene variadas denominaciones conocidas entre los productores ganaderos, es un fármaco antiparasitario. Es una droga semi sintética. Se fermenta un hongo y se procede a una modificación química en laboratorio.
A partir de su descubrimiento e introducción en el mercado farmacéutico veterinario en la década del ’80, marcó un punto de inflexión en los tratamientos y la terapéutica en animales por sus condiciones para neutralizar a las diferentes variantes de parásitos.
Se fabrica en la Argentina. Hay muchos laboratorios que la comercializan y exhiben en veterinarias de todo el país. Se prescribe para combatir nematodiasis, garrapatas y sarna, entre otras enfermedades. Se aplica a bovinos, ovinos, caballos y también mascotas (perros, gatos) en forma oral o inyectable.
Tiene varias formulaciones veterinarias y también existen en el mercado preparados para uso en medicina humana en otras dosis terapéuticas, diferentes a las que se deberían aplicar para atacar el coronavirus.