Aseguran que podría corregir “casi todas las mutaciones” y prevenir enfermedades.
Una nueva técnica que funciona como un sistema de “buscar y reemplazar” permite corregir los errores del ADN precisamente como ocurre en los programas de edición de textos en computadora, con resultados mucho más precisos que el viejo “cortar y pegar” de la técnica Crispr.
La novedad funciona gracias a la técnica “prime editing”, que gracias a un “superbisturí” molecular practica microincisiones en lugar de peligrosos tijeretazos en la doble hélice del ADN.
Potencialmente capaz de corregir el 89% de las variaciones genéticas vinculadas a enfermedades humanas, también es la primera en poder intervenir eficazmente sobre las neuronas, como demostró un estudio publicado en Nature por el Broad Institute de Harvard y el MIT en Estados Unidos.
“Dada la eficiencia demostrada en el estudio, el prime editing tiene todos los papeles en regla para jubilar al viejo ‘cortar y pegar’ del ADN: ofrece grandes potencialidades, porque teóricamente puede corregir casi todas las mutaciones”, comentó Davide De Pietri Tonelli, coordinador del Neurobiology of miRNA Lab del Instituto Italiano de Tecnología (IIT).
La nueva técnica, ideada en 2016 y perfeccionada con años de estudio, aprovecha una máquina molecular formada por dos componentes: la “tijera” Cas9 y la enzima transcriptasa inversa (que sintetiza secuencias de ADN partiendo de sus respectivos ARN).
En la práctica Cas9 reconoce la secuencia errada del ADN gracias a una molécula guía de ARN, portadora de la información correcta: una vez sobre el blanco, abre con una microincisión la doble hélice del ADN y permite a la transcriptasa inversa reescribir la información genética corregida, con la que reemplazar a la equivocada. Todo sin tener que cortar nunca ambos filamentos de ADN.
“En la práctica -explicó De Pietri Tonelli- el prime editing repara el filamento dañado, mientras la Crispr cortaba ambos filamentos aplicando un sistema con ‘costuras’ a menudo burdas, que amenazaban con introducir mutaciones indeseadas”.
Precisamente esto impedía corregir de modo eficiente la mayoría de las casi 75.0090 variantes genéticas humanas asociadas a enfermedades.
El grupo de investigación estadounidense encabezado por David Liu logró superar este límite, con resultados importantes. En los primeros experimentos sobre células humanas, el prime editing ya corrigió más de 175 errores de ADN, incluyendo aquellos responsables de la anemia falciforme y de la enfermedad neurológica de Tay-Sachs.
“Si pueden tener importantes aplicaciones para las enfermedades neurodegenerativas es, más en general, para todas las vinculadas a mutaciones del sistema nervioso, porque esta técnica -concluyó De Pietri Tonelli- es la primera que logra intervenir de modo eficaz también sobre las células que no se dividen más, como las neuronas”.