Con el fin de encontrar fuentes de energía limpia, crean una selva artificial, debido al lento avance de las fuentes de energía renovables, que apenas generan el 0,7% de la electricidad que se consume en todo el mundo.
Hay varios proyectos que trabajan para llegar al objetivo. Pero hay uno sólo que parece ser el más viable. Se trata de una tecnología para producir combustible a través de la fotosíntesis, el mismo modo que utilizan los vegetales.
Un equipo de investigadores del Departamento de Energía en Estados Unidos, integrantes del Lawrence National Berkeley Laboratory aseguran haber dado en el blanco, tras crear lo que llaman un “bosque artificial”, para producir hidrógeno a partir de luz y agua.
Hasta el momento sólo se habían diseñado “hojas artificiales”, pero este avance comprende un sistema integrado con una estructura que cuenta con unidades con tronco y ramas hechas de óxido de titanio. Según el investigador y químico Peidong Yang, hace que “estas estructuras se parezcan mucho a una selva artificial”.
Un sistema como éste es una solución ideal para obtener energía renovable sin emisiones de dióxido de carbono hacia la atmósfera, explica el experto.
“Hay suficiente energía en una hora de luz global como para cubrir las necesidades de todos los seres humanos durante un año”, añadió.
Para muchos, la fotosíntesis artificial permitirá aprovechar más eficientemente y de forma más económica la energía solar.
Para poder simular la fotosíntesis, los investigadores usaron dos materiales semiconductores: la silicona y el titanio. La silicona se utilizó para el sistema generador de hidrógeno, mientras que el óxido de titanio para la generación de oxígeno.
Con esta metodología los árboles metálicos suprimen el reflejo de la luz y deja al descubierto más área de superficie para la generación de combustible.
Los nanocables de silicona generan el hidrógeno y los de óxido de titanio extraen oxígeno del agua.
“Los electrones fotogenerados en los nanocables de silicona migran a la superficie para reducir los protones y generar hidrógeno, mientras los agujeros fotogenerados en los nanocables de óxido de titanio oxidan el agua para transformarla en moléculas de oxígeno”, explicó Yang.
De esta manera se puede replicar el proceso conocido como “esquema Z”, el mismo que realizan las plantas con la ayuda de la clorofila.
“Confiamos en que seremos capaces de sustituir el óxido de titanio en un futuro próximo y aumentar así la eficiencia de conversión en un porcentaje de un dígito” culminó.