Construyó un avión con sus propias manos desde cero y le puso una hélice que él mismo fabricó; el teodelinense Walter Gerola se está ganando un lugar entre los fabricantes y entusiastas de nuestro país.
Además de haber construido un avión con sus propias manos desde cero y ponerle una hélice que él mismo fabricó, el teodelinense Walter Gerola se está ganando un lugar entre los fabricantes y entusiastas de nuestro país. Es que la aeronave experimental, con motor Audi 2.0 diesel –gasolero-, es el primero de este tipo en Argentina.
La historia, que comenzó hace ocho años atrás, es un sueño concretado y materializado por Gerola, que decidió vender un avión que ya tenía, para armar el propio, a su gusto y desde el primer tornillo. Su relación con los aviones viene desde la niñez, momento en el que surge su pasión por volar.
El oriundo de Teodelina quiso ser piloto militar, pero al ver trunca esa posibilidad se inclinó por la opción de ser piloto civil. Los primeros aviones que voló fueron los “Cessna” y “Piper”. Pero ahora se prepara para surcar los cielos con el suyo propio: “Zonda”.
Constructor de alas y de sueños
En los comienzos del diseño, varios años atrás, la primera pieza y puntapié inicial de la aeronave fueron las alas. Walter, inmediatamente lo asoció con un dicho en el ámbito de la aviación donde se afirma que quien construye las alas tiene grandes posibilidades de llegar a terminar el avión. Ésa fue la razón por la cual decidió comenzar por los “largueros” que son los que sostienen las alas. El 5 de agosto de 2009 fueron construidos y desde allí continuó la aventura, que nunca se detuvo.
Luego de que transcurrieron cinco años desde el inicio, el constructor comenzó con la planta motriz, la cual presenta características diferentes a las de un motor naftero, distinto torque y otra forma de emplear la potencia.
Vale decir que en Teodelina, departamento General López, provincia de Santa Fe, se construyen las hélices que de a poco están saliendo al resto del país y que Gerola las diseñó para su propia nave. Así fue que se desarrolló una hélice que responda a esas exigencias. Se hacen artesanalmente y hasta se construyó una máquina que las fabrica.
Se diseñó una especie de torno que va girando y da forma a la pieza. Se puede corregir, darle más paso, diferente diámetro y así lograr distintos tipos de hélices. Siempre buscando la optimización ya que es la pieza que da la característica del vuelo.
Este proyecto personal de Gerola y la necesidad de construir su propia hélice derivó en que le soliciten desde diferentes puntos del país la fabricación de esta pieza para comercializarla. Por el momento es sólo a nivel nacional, pero sigue firme el avance de la fabricación.
Desde cero, es mejor
Es para destacar que el creador de “Zonda” no sólo construyó con sus propias manos el avión sino que además se encargó de diseñar las partes fundamentales como las llantas. El avión se hizo con presupuesto determinado y cuando llegó a la parte de las ruedas, los costos se salían de lo estimado.
Todo en aviación es costoso, por eso le prestaron un juego y le dijeron que era imposible hacerlas. Así empezó a practicar con sus hijos, se las ingenió para fundir el metal, hacer los moldes y finalmente con materiales muy alcance a la mano y económicos, lo logró. Cuando fue a devolverlas a quien se las había prestado, el dueño de las originales y costosas no podía creer lo que había logrado. Se las quiso regalar, pero ya no hacía falta. Gerola tenía las suyas propias. Iguales y mejores que las originales.
Por estos días todo el proyecto de construcción y finalización del primer avión con motor diesel se encuentra atravesando los controles de rigor. Unos de los primeros pasos era obtener una revisión de parte de los ingenieros de Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) de Córdoba, que ya fue entregada. Ahora se encuentra en la etapa de matriculación para que le sea otorgada la certificación de aviones experimentales.