El presidente del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires Distrito IX, Diego Domingorena, explicó en la 99.9 los factores que hoy golpean a la profesión: recesión, concentración del trabajo, falta de control estatal, nuevas tecnologías y un sistema previsional “inequitativo”. También aclaró el rol del Colegio frente al caso de una afiliada inhibida por deudas.

El presidente del Colegio de Arquitectos del Distrito IX, Diego Domingorena, dialogó con la 99.9 para aclarar conceptos vinculados al funcionamiento de la Caja de Previsión y al rol institucional en un caso reciente que tomó estado público. Pero, además, trazó un panorama muy crítico sobre la actualidad de la profesión, que definió como “gravísima” tanto en lo coyuntural como en lo estructural.
En primer lugar, Domingorena detalló que el Colegio no tiene una caja previsional propia, sino que forma parte de la CAAITBA, que integra a arquitectos, ingenieros, técnicos y agrimensores. “Nosotros tenemos solo el 20% de la conducción porque están los cuatro colegios más los jubilados. Es una caja que históricamente hemos querido dejar porque es profundamente inequitativa hacia nosotros”, afirmó. Según precisó, los arquitectos aportan el 70% de los recursos, pero perciben jubilaciones “mínimas y magras”.
Consultado por el caso de la esposa de un arquitecto inhibida que motivó el llamado (Mariela Márquez) explicó que esa instancia llega “después de muchos pasos previos”, entre avisos en la web, llamados, carta documento y derivación judicial: “Cuando llega a un abogado, el Colegio ya no puede hacer nada. Seguimos lo que manda la ley”.
Sobre el debate nacional respecto a la eliminación de las cajas profesionales y una eventual desregulación, Domingorena sostuvo que la postura de la matrícula es contundente: “En las elecciones provinciales, el 87% votó por sostener los colegios, frente a una lista que proponía la desaparición de las instituciones”. Y añadió: “Preferimos quedarnos en una caja pseudo privada e intentar pelear, antes que caer en una caja estatal”.
En cuanto a la participación interna, reconoció el bajo nivel histórico en asambleas y elecciones. “Hay un descreimiento general hacia las instituciones y la política profesional. Pero sin organización es imposible sostener la profesión”, señaló.
El diagnóstico sobre la actividad fue aún más severo. En lo coyuntural, Domingorena enumeró la recesión, la concentración del trabajo —“el 5% de la matrícula capta el 50% de los encargos”—, el costo de construcción en dólares al doble del valor histórico, la caída de la obra pública y la desaparición de programas como PROCREAR y la SISU, que empleaban a numerosos profesionales.
Pero, según afirmó, “eso no es lo más grave”. Lo estructural es la reformulación completa de la profesión: “Aparece la inteligencia artificial, nuevas modalidades constructivas como modulares o contenedores que se instalan sin control municipal. Todo va hacia la desregulación del Estado y del control urbano”. En ese sentido, fue categórico: “En Mar del Plata hay una desaparición del Estado en el control de obras. La ciudad está liberada, cada uno hace lo que quiere y no hay patrullas ni controles”.
Domingorena coincidió con el conductor en que estas situaciones suelen revertirse recién “cuando ocurre una desgracia”: “Tristemente va a tener que pasar algo para que se tome conciencia. Por ahora hemos tenido suerte”.
El titular del Distrito IX sostuvo que el Colegio seguirá defendiendo la organización profesional, el control, la seguridad pública y la necesidad de políticas que permitan volver a equilibrar una actividad que, afirmó, “está viviendo una de las crisis más profundas de su historia”.https://www.youtube.com/watch?v=S7oJw38TOVE