Cruda inseguridad

Walter Donoso es un vecino que irá a juicio oral por haber matado a un delincuente en medio de un asalto. Esta mañana en la 99.9, habló sobre su experiencia contando los trasfondos de los abogados en estas situaciones y además, señaló que en el Barrio Termas Huinco la situación de inseguridad es terrible.

Pistola inseguridadLa inseguridad es real. De eso no tienen dudas los vecinos de Mar del Plata, a pesar de la parafernalia del Operativo Sol y sus propagandas constantes. Los barrios siguen sufriendo constantemente por el flagelo de la delincuencia.
Esta mañana, en la 99.9, Walter Donoso brindó un testimonio fuerte sobre lo que están viviendo en Termas Huinco, pero también del hecho donde le tocó intervenir matando a un delincuente. Esa causa está a punto de ir a juicio oral.
Respecto de los asaltos durante enero en esa barriada de la ciudad, contó que “el primer hecho fue un vecino a mitad de cuadra, un señor mayor, de unos 80 años que ya había tenido un hecho violento hace un par de años. Le habían entrado 4 muchachos y le estaban pegando, llamé en ese momento al 911. Ahora en enero estaba el señor entrando en la casa a las 3 de la tarde, lo volvieron a agarrar lo metieron en la casa y le robaron hasta el auto”.
Luego continuó: “a los dos días en el mismo horario, una vecina casa por medio le pasó lo mismo. Le entraron 3 tipos, le forzaron la reja y le robaron la casa. Otro vecino me contó que en la zona de la plaza también le quisieron robar a un hombre y lo hirieron en el brazo. Hace poco también mataron a un testigo de Jehová a quien quisieron robar”.
Sólo enumeró algunos de los casos más fuertes que pudo conocer, pero son los que llevan a que no se pueda vivir tranquilo en ese barrio. “La situación en Mar del Plata no es como la pintan por los medios. Tenemos vecinos que trabajan en el Hospital y viven amenazados los fines de semana por los familiares de los delincuentes que llegan heridos. Donde yo estoy hay un geriátrico y cuando hacen el cambio a las 22 horas no se pueden ir si no es en un remis trucho porque los taxis y remises no quieren entrar”, agregó Walter.
En medio de tantos hechos, está lo que tuvo que atravesar él y que hoy todavía continúa: “lo que me pasó a mi fue hace un año. Estaban asaltando un taxi con una familia, yo justo estaba pasando por ahí. Fue el momento del acuartelamiento de la policía y eran terribles los robos en esa zona. Si yo hubiera muerto en el enfrentamiento, no pasaba nada, el mensaje que te quieren dejar es que no te metas”, aseguró.
Mucho se habla de las consecuencias que tiene para el delincuente el hecho de ser detenido o el contexto social que lo lleva a delinquir, pero para Walter Donoso la situación es distinta porque tiene sus padecimientos después de haber defendido su vida: “tengo que ir a juicio oral y público con la carátula de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”. No justifico la muerte, pero estoy pasando por una situación terrible. Tuve que ponerme un abogado particular porque en la defensoría nunca pude tener entrevistas con ningún abogado. Estaba en el aire y no sabía lo que me iba a pasar. Sufrí mucho estrés, voy al psicólogo, tengo vitíligo me llené de manchas. Hay días que no duermo y no tengo porque pasar esta situación, soy un tipo que laburo todo el día y tengo que ir a juicio para explicar porque maté a un chorro”.
De todas maneras aclaró que no se debe naturalizar esta situación: “no se puede justificar el robo, sin importar la clase social. Nací en Bahía Blanca en un barrio pobrísimo, pero nunca se nos pasó por la cabeza ir a robar. Esto económicamente me arruinó”.

INCREIBLES PROPUESTAS

Algo que sucede en la oscuridad habitualmente, Walter Donoso lo comentó con absoluto y crudo realismo en la 99.9: “un día se me acercó un policía y me mando a un abogado que era “sacapreso”. Lo llamé y me citó un domingo de enero a las 5 de la tarde. Fui, era un edificio de oficinas en el centro y cuando entré estaba lleno de estos pibes chorros que estaban a las carcajadas. El abogado estaba del otro lado de la puerta, se escuchaba todo y estaba recriminándole a una señora que no le había traído los 15.000 pesos que le pidió para sacarle al hijo de la cárcel”.
La conclusión que sacó de esa situación es que “esa mujer para pagar el abogado tiene que salir a robar o mandar a robar. Después estaba tomando un café en una estación de servicio y vinieron 4 pibes que se sentaron en la mesa de al lado. Empezaron a hablar de que al otro día iban a robar una casa para juntar los 20.000 pesos que les pedía un abogado para sacar a un amigo preso. Terminan todos saliendo a robar para el abogado”, finalizó.