Los recientes cambios implementados por el Gobierno en política económica impactaron sobre las expectativas de los inversores. Se espera que los próximos cinco años sean clave en la llegada de fondos. Uno por uno los sectores que traccionarán más dinero.
En los próximos cinco años, nuestro país requerirá que las inversiones alcancen el 19% del PBI, totalizando u$s 131.479 millones en promedio para lograr un crecimiento sostenido. Los actores claves serán el sector privado, y en segundo lugar se ubicara el Estado.
“Del total de inversiones que demandará nuestro país en el próximo quinquenio, la porción mayoritaria provendrá del sector privado con u$s 110.760 millones anuales, o sea el 15,8% del PBI. Esta cifra implica un crecimiento significativo sobre los u$s 72.427 millones anuales invertidos en los cinco años anteriores”, sostiene un informe elaborado por la consultora ABECEB.
En tanto, el sector público duplicará su aporte con u$s 20.720 millones anuales hasta 2021, cuando de 2008 a 2016 invirtió u$s 10.263 millones anuales, aumentando del 2 al 3%% del PBI.
Desde Orlando Ferreres, en su último informe sobre inversiones, sostienen que “si bien el contexto internacional para Argentina ya no es el del famoso “viento de cola”, en algunos aspectos continúa siendo relativamente positivo puesto que las tasas de interés mundiales siguen siendo bajas y se ha concretado cierta recuperación de los precios de los commodities, especialmente los agrícolas”.
De 2008 a 2016, las inversiones promediaron u$s 82.690 millones anuales, lo que representa el 16,4% del PBI. Así, para reanimar la economía se requerirá sumar casi U$S 50.000 millones anuales a las inversiones contabilizadas hasta este año, detalla el análisis de la consultora.
“La inversión tiene un rol central en la actual estrategia de crecimiento. Hoy la tasa de inversión de nuestro país es muy baja y sin un aumento significativo no será posible lograr un desarrollo sostenido y significativo de la economía”, aseguró Dante Sica, director de ABECEB.
En este marco, destacó que “el cambio de régimen macroeconómico generó una mejora en el clima de negocios y redujo la incertidumbre macroeconómica, factores que deberían comenzar a traccionar la inversión privada. La inversión pública también repuntará, gracias al ambicioso plan de infraestructura anunciado por el gobierno, que ya comienza a dar sus primeros pasos.
Esto, sin embargo, sucede en un contexto de baja de inversiones para la región. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en su informe denominado “La Inversión Extranjera Directa(IED) en América Latina y el Caribe”, publicado recientemente, dio a conocer los montos de inversión recibidos por la región en 2015, los cuales se redujeron respecto al año anterior.
La IED alcanzó en 2015 los US$ 179.100 millones de dólares, representando una disminución de 9,1% respecto al año anterior y el nivel más bajo desde 2010, señala PwC Argentina en un reciente comunicado.
La disminución de la IED en la región fue acompañada por una disminución aún mayor de la rentabilidad. La renta, como porcentaje del acervo de IED, fue de 5% en 2015, el nivel más bajo en trece años.
Los países que sufrieron mayores caídas en cuanto a la rentabilidad son aquellos que poseen una fuerte presencia de actividad minera (Bolivia, Chile, Colombia y Perú). A pesar de ello, Brasil continúa siendo el mayor receptor de IED de la región, concentrando el 42% del total; seguido por México (17%), Chile (11%), Colombia (7%) y Argentina (6%).
De acuerdo a las estimaciones de ABECEB, algunos de los sectores que protagonizarán el impulso a la llegada de inversiones serán Petróleo y gas, con u$s 9.000 millones, infraestructura de la mano de la obra pública con anuncios que alcanzan los u$s 6.600 millones, la minería aportará u$s 2.750 millones, la industria con u$s 2.055 millones, la agricultura inyectará u$s 2.706 millones, la construcción u$s 1.760 millones anuales y por último alimentos y bebidas con u$s 1.856 millones.