La ciudad Dijon (este de Francia) vivió el lunes una nueva noche de violencia: las fuerzas del orden tuvieron que dispersar a una multitud de hombres encapuchados y armados que pretendían defender su barrio después de tres expediciones punitivas de miembros de la comunidad chechena durante el fin de semana.
Por cuarta noche consecutiva, decenas de personas armadas con barras de hierro y pistolas se concentraron el lunes en el barrio de Grésilles.
Estos hombres, en su mayoría encapuchados, dispararon al aire, destruyeron las cámaras de protección de vídeo y prendieron fuego a los cubos de basura y vehículos, antes de la intervención de un centenar de policías que pusieron fin a la violencia.
Estas escenas se inscriben en el marco de un enfrentamiento entre chechenos y habitantes del barrio empobrecido. En una entrevista con el diario local Le Bien Public, un hombre que afirmaba ser checheno y que participó en la expedición punitiva confirmó que la operación tenía por objeto vengar a un “joven de 16 años”, miembro de su comunidad que supuestamente había sido “atacado” por narcotraficantes.
En la madrugada del domingo, unos 50 chechenos, según la policía, volvieron al barrio de Grésilles y el gerente de una pizzería resultó gravemente herido de bala.
En las redes sociales, el video de un vehículo que viajaba a alta velocidad y que chocó contra un terraplén frente a una multitud de hombres encapuchados antes de dar la vuelta había sido ampliamente retransmitido desde el lunes por la mañana.
“Teatro de guerra”
Las reacciones políticas se sucedieron el lunes por la tarde. “Vea lo que nuestros líderes han permitido a nuestro hermoso país”, tuiteó la líder ultraderechista Marine Le Pen, mientras el dirigente de la izquierda radical Jean-Luc Mélenchon denunciaba el “caos inaceptable”. “Las bandas armadas deben ser disueltas. Las bandas deben ser desarmadas”, tuiteó el líder de la Francia insumisa.
“Es casi un teatro de guerra”, denunció Eric Ciotti, diputado conservador de los Alpes Marítimos, que cuestionó la “laxa política de inmigración” porque, según él, “estos chechenos, al menos los que han sido detenidos, son casi todos solicitantes de asilo”.
Estas escenas de violencia se producen en momentos en que en Francia se debate la violencia policial y el racismo.
Bruno Retailleau, jefe de los senadores de Los Republicanos (conservadores), señaló a la radio France Inter el riesgo de “una deriva comunitaria o racista”. “¡Cuando pienso que algunas personas quieren desarmar a la policía, incluyendo al ministro del interior!”, añadió.
“Francia se está balcanizando, resultado de décadas de laxitud judicial y de una inmigración masiva”, también tuiteó el jefe del partido derechista Debout la France, Nicolas Dupont-Aignan, pidiendo un “estado de emergencia de seguridad para neutralizar a estos matones”.