El secretario de Salud dijo que todos los días reciben uno o dos accidentados. El sábado murió un joven de 31 años en La Frontera. Dos heridos siguen en terapia intensiva.
“Solo de cuatriciclos, el hospital de Pinamar recibe uno o dos accidentados por día durante el verano”, alertó el secretario de Salud del municipio Eduardo D’Agostino y relató que todavía siguen en terapia intensiva dos de los tres heridos en el choque entre un cuatriciclo y un UTV, un vehículo parecido al cuatri pero con butacas y una estructura que hace de techo. El cuarto involucrado en el accidente era Emilio Salinas, de 32 años, que murió por las heridas sufridas.
El choque se produjo en una zona de médanos de propiedad privada conocida como “La Frontera”, al norte de Pinamar, casi al límite con Costa Esmeralda, en el Partido de la Costa.
Fue a menos de diez metros del lugar donde el miércoles falleció Agustina Queirel, una correntina de 34 años, también en un accidente de cuatriciclo. La mujer murió en el acto, aplastada por el asiento del vehículo.
A Salinas, que iba de acompañante en el cuatriciclo que se accidentó este sábado, llegaron a trasladarlo al hospital local.
“Murió adentro del quirófano. Se le explotó el hígado”, cuenta a Clarín D’Agostino. Y relata que el caso, que se visibilizó en los medios nacionales por la cobertura de la temporada, es apenas la punta del iceberg de la frustración que viven los trabajadores de salud del partido a diario.
Los heridos leves y moderados sumarían un promedio de 45 mensuales cada verano, tomando como parámetro el promedio de uno o dos casos diarios: casos que aunque no terminan en la muerte, pueden ocasionar problemas de salud graves como cualquier accidente de tránsito.
Rescatistas que trabajan en la zona contaron a este diario que también hay muchos accidentes donde las personas ni siquiera acuden al hospital, por ser de menor gravedad. Otra opción es trasladar al paciente a otra localidad.
D’Agostino lo define de manera taxativa: “El problema más grande de salud de Pinamar no es el Covid, sino los accidentes viales”. Y en seguida, aclara: “Eso, y el tabaquismo y los accidentes cerebro vasculares, entre otras enfermedades”.
Es algo que ocurre también en los meses más fríos del año, pero que “aumenta proporcionalmente a la cantidad de turistas que llegan a la ciudad”. En diciembre, fueron 10 accidentes, en relación a una población de entre 40 mil y 50 mil habitantes. En verano, con 300 mil personas, el conteo se vuelve diario, resume.
Los controles no dan abasto. Se chequea que cada cuatriciclo, UTV, moto o 4×4 cuente con papeles y que los conductores tengan licencia, pero luego muchos terminan andando sin casco y prestando el vehículo a terceros. Además, los turistas traspasan el corredor seguro señalizado por un empalizado a unos 300 metros de la línea del mar e ingresan a áreas de médanos que son propiedad privada.
El secretario de Seguridad del distrito, Lucas Ventoso, quien pidió presencia policial en esa zona, aseguró a Clarín que la situación de “irresponsabilidad” por parte de los conductores es tan grave que “Pinamar se va a convertir en la capital nacional de la donación de órganos”.
En el gobierno provincial explicaron que no tienen facultades para intervenir en estos casos. “Para el Código de Tránsito, el cuatriciclo es ‘maquinaria vial’ y por lo tanto la circulación en áreas urbanas debe ser regulada por el municipio”, explicaron en el flamante Ministerio de Transporte.
El Operativo Sol, que refuerza las medidas de seguridad en balnearios y ciudades turísticas no se encarga de la supervisión de estos ciclomotores. “Como parte de las exigencias los agentes que recorren las calles piden que lleven puesto el casco. Pero una vez que ingresan a la playa o a los sectores privados ya no pueden intervenir, excepto que se trate de un delito el flagrancia”, dijeron en el área de Seguridad de Provincia.
En Pinamar, Ventoso le dice a Clarín que con la cantidad de vehículos que pasan el día en la zona y sin más “apoyo policial” se vuelve “difícil” de controlar la vasta extensión de playas para que nadie pase al sector privado.
Otro problema que advierte el funcionario es que este tipo de vehículos no tienen identificación visible. “No hay ley provincial o nacional que obligue a patentarlos, sí tienen número de motor, identificación de Aduana, pero no patente. Entonces se hace muy difícil identificar a quién pertenecen”, explicó
Hace tres años, la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) estableció un régimen para uso de cuatriciclos y para habilitar en los carnet de conductor esta categoría de vehículo.
Además, las autoridades de entonces dijeron que iban a ajustar los controles y reducir los riesgos con límites en el uso: solo podrían circular por sectores habilitados por los municipios; tendrán que llevar casco, licencia y seguro. Y las infracciones que se sancionarían a los propietarios con multas como si se tratara de un auto o una pick up.
Quedó todo a mitad de camino.
El estado de salud de los heridos
Según informaron fuentes sanitarias, de los internados en terapia intensiva, Matías Catelotti (31), que conducía el cuatriciclo, “es quien afronta el cuadro más grave y está internado” en el Hospital Comunitario de Pinamar. El secretario de Salud local explicó que tiene “múltiples fracturas costales con una contusión pulmonar con un neumotórax traumático”.
“Está estable y seguirá en terapia intensiva por un mínimo de 24 horas para ver que no aumente el aire que está entre el pulmón y la pleura. En las últimas 12 horas, los parámetros hemodinámicos no cambiaron por lo que no pareciera correr riesgo de vida”, detalló.
Catelotti no está con asistencia respiratoria, como sí lo está el conductor que manejaba el UTV, Fabián Medvedev, de 50 años, que también tuvo neumotórax. “Aunque su cuadro está menos complicado en general, sí se requirió un tubo de drenaje pleural”, indicó el funcionario. Su hijo, que se sentaba detrás, está fuera de peligro.