Cuatro muertos y más de 600 detenidos, el saldo que hasta ahora deja el “gasolinazo” en México


Las manifestaciones y los actos vandálicos siguieron a lo largo y ancho de todo el país. La población está furiosa por la subida que el gobierno decretó a la gasolina y el diésel. El Presidente Peña Nieto en un discurso a la Nación justificó la suba por el aumento del precio internacional del petróleo

La ira en México por el aumento del precio de la gasolina continuó este jueves con bloqueos carreteros y nuevos saqueos que ya han sufrido cientos de comercios, en un ambiente de protestas que deja cuatro muertos, entre estos un policía, y más de 600 detenidos. Además, en todo el territorio se vive una psicosis general por temor a actos vandálicos y toques de queda, amplificada por las redes sociales.

Los mayores aumentos al precio del combustible en años entraron en vigor el domingo: de 20,1% a las gasolinas y 16,5% al diésel, como parte de una política de liberación de precios. Y en una ola de ira, se sucedieron bloqueos, saqueos a tiendas y actos vandálicos en gasolineras desde el miércoles.

Ese día, se generaron daños en un estimado de 800 pequeños y medianos comercios del país, además de 250 tiendas departamentales, dijo el presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Enrique Solana.

Este jueves, la situación se tranquilizó en Ciudad de México pero la mecha del caos por el llamado “gasolinazo” cundía por varias regiones del país, con las redes sociales hirviendo en promociones y denuncias de los delitos.

La Policía Federal reportaba bloqueos de carreteras ya en varios estados, principalmente en Veracruz (este), donde además se registraron saqueos y robos a tiendas de tres municipios que dejaron 135 detenidos.

El secretario local de Seguridad Pública, Jaime Téllez, explicó que entre los detenidos se encuentra uno de los autores intelectuales, quien a través de su página de Facebook convocó a la población a participar e incluso transmitió en vivo uno de los saqueos.

El miércoles, un uniformado murió tras ser “atropellado al impedir un robo en una gasolinera”, mientras que otro resultó herido de gravedad en otro incidente, informó la policía de Ciudad de México, que dio cuenta de 106 detenidos.

Ese día, mientras las calles de la megaurbe lucían semivacías y eran sobrevoladas por helicópteros policiales, 20.000 pequeños negocios cerraron ante el temor de ser saqueados, con pérdidas de unos 2,4 millones de dólares, dijo Humberto Lazcano, presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de la capital mexicana.

Por su parte, el secretario de Seguridad capitalino, Hiram Almeida, denunció que detectaron más de 200 cuentas de Twitter que difundieron “situaciones falaces y que sólo vienen a buscar un clima de desestabilización”.

La Fiscalía General de Justicia del Estado de México, vecino de la capital, informó que “se tienen registrados 430 detenidos en flagrancia por su presunta participación en actos vandálicos”.

Entre los detenidos por esas acciones, sucedidas desde el miércoles por la tarde hasta la pasada madrugada, se encuentran 306 adultos, 255 hombres y 51 mujeres, así como 124 menores de edad, de los cuales 111 son hombres y 13 mujeres.

Mientras, un centenar de manifestantes intentaron llegar a la residencia presidencial para expresar su repudio al “gasolinazo”, pero un bloqueo policial les impidió llegar a su destino.

“¡Abajo la Reforma Energética!”, señalaba una pancarta enarbolada por una mujer mientras que un hombre a su lado afirmaba que el petróleo “es del pueblo”.

Mientras tanto en Monterrey, veintiún personas fueron detenidas, al menos una decena de heridos, además de daños en el Palacio de Gobierno y dos tiendas saqueadas.

Al filo de las 18.00 hora local de este jueves se concentraron más de 10.000 personas frente al Palacio de Gobierno estatal, ubicado en la Macroplaza del centro de la capital del estado norteño de Nuevo León.

La manifestación contra el “gasolinazo” degeneró en actos vandálicos cuando un grupo de jóvenes lanzó piedras y petardos contra los policías que vigilaban el Palacio. Las piedras rompieron seis grandes vitrales históricos del inmueble.

La policía enfrentó a los jóvenes, quienes respondieron lanzando más piedras y otros objetos.

Entre las víctimas de la violencia salieron lesionados cuatro reporteros que fueron golpeados por los policías, entre ellos un fotógrafo de la revista Proceso.