Una condena de Europa por violación a los DD.HH. pone el foco sobre las misiones médicas de la isla.
No sin polémica, el Parlamento Europeo puso esta semana bajo las luces la compleja situación de los médicos cubanos, que viajan en misiones al exterior, en un redondo negocio en dólares para Cuba.
El Parlamento aprobó este 10 de junio por mayoría, una histórica resolución que condena las violaciones de derechos humanos en Cuba. La isla no tardó en rechazar la resolución, calificándola de “espuria e injerencista” y subrayando que ese “engendro” fue promovido por un grupo de eurodiputados alineados con Washington.
Cierto es que la resolución europea abrió las compuertas a una serie de críticas a favor y en contra del régimen. El debate sobre los derechos humanos en Cuba no es nuevo. Y las pasiones siempre están encendidas y polarizadas.
Esta vez sin embargo, la resolución permitió arrojar luz sobre la situación de las misiones de los médicos cubanos que el régimen comunista envía al exterior.
Estas misiones, que sirven de propaganda al gobierno cubano, son –según sus críticos– una muestra del control que ejerce Cuba sobre su población, sobre todo cuando está en el exterior.
Más allá de una obra de cooperación internacional, las misiones de médicos cubanos al mundo son una fuente de ingresos. En 2018, La Habana habría recaudado 6.300 millones de dólares gracias a la explotación de sus médicos. Fue su mayor fuente de divisas. En 2019, los servicios médicos representaron 46% de las exportaciones cubanas y un 6% del PBI de la isla.
Pero los médicos apenas se llevan una pequeña tajada a la cual no tendrían acceso hasta regresar a su país. Los detractores del régimen cubano denuncian que los capacitados doctores cubanos son presa de un sistema similar al de “la trata de personas, esclavitud”. Y aplauden la resolución del Parlamento europeo para que ningún país sea cómplice del sistema.
La respuesta cubana
“Reiteramos nuestro enérgico rechazo a este engendro promovido por los representantes más extremistas de las agrupaciones políticas españolas Partido Popular y Vox, quienes no tienen ninguna autoridad moral para juzgar a Cuba”, trinó la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional, en una declaración publicada en su sitio web el jueves.
En el documento, aprobado por 386 votos a favor y 236 en contra, con 59 abstenciones, los eurodiputados condenaron “la existencia de presos políticos, la persecución política persistente y permanente, los actos de acoso y las detenciones arbitrarias a los disidentes” en Cuba.
La “esclavitud” de los médicos
En su resolución, el Parlamento adhiere a varios informes de diversas organizaciones de derechos humanos como Human Rights Watch y la CIDH que denuncian la “esclavitud” de los médicos cubanos.
Estas organizaciones denuncian que Cuba “impone a todos los empleados civiles en el extranjero que trabajan para el Estado o para empresas estatales, incluido el personal médico, deberes y obligaciones injustificados que violan la dignidad humana y los derechos humanos más básicos y fundamentales”.
Subrayan además que el Código Penal cubano castiga con sanciones de ocho años de prisión a todos los funcionarios que no terminan las misiones médicas o que deciden no volver a Cuba.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha considerado estas misiones médicas como una forma moderna de esclavitud.
La comunicación de la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre las misiones médicas cubanas también puso de relieve las condiciones de trabajo precarias e inhumanas del personal médico, acusaciones respaldadas por Human Rights Watch y 622 testimonios.
Basado en estos datos el Parlamento Europeo condenó “las violaciones sistémicas de los derechos humanos y laborales cometidas por el Estado cubano contra su personal sanitario enviado a prestar servicios en el extranjero en misiones médicas, que vulneran los convenios fundamentales de la OIT ratificados por Cuba”.
Cuba envía a miles de trabajadores de la salud a diversos países. En 2018, contaba con más de 95.000 médicos, para una isla con una población de sólo 11 millones. En el estado federado alemán de Baden-Wurtemberg hay 51.000 médicos para igual número de personas.
La imagen de la superpotencia médica
“Construir la imagen de una superpotencia médica siempre ha sido una de las principales prioridades del régimen”, explica Antonio Guedes, expresidente y miembro de la junta directiva del partido en el exilio Unión Liberal Cubana, en declaraciones a la agencia DW.
A fines de 2018, las misiones médicas cubanas en el extranjero involucraron el traslado de 28.000 médicos y personal sanitario a 67 Estados, antes de que los médicos cubanos fueran expulsados de países como Brasil, Bolivia, El Salvador y Ecuador cuando sus respectivos gobiernos giraron a la derecha, y a la extrema derecha, como en el caso de Jair Bolsonaro en Brasil.
Segun escribe Samuel Farber, sociólogo de la Universidad de California en Berkeley, nacido en Cuba, los médicos cubanos reciben solo alrededor de 25% de lo que los gobiernos extranjeros pagan a las autoridades cubanas por sus servicios (la mayoría de los países anfitriones también proporcionan alojamiento gratuito a los cubanos, aunque de calidad muy variable).
Evitar las deserciones
Farber sostiene que los médicos en el extranjero están sujetos a una serie de reglas gubernamentales que limitan su movilidad e intentan evitar las deserciones.
Por ejemplo, tienen su compensación, o parte de ella, depositada por el Estado en la propia Cuba, y deben dejar a sus cónyuges y/o hijos menores en la isla.
Además, deben entregar sus pasaportes a sus supervisores tan pronto como llegan al país extranjero donde ejercerán sus labores. La deserción tiene penalidades severas, como la prohibición de visitar Cuba durante ocho años pese a seguir siendo ciudadanos cubanos.
Según documenta @CubanDefenders, un grupo de juristas activistas por la defensa legal de los derechos humanos con sede en Madrid, en la actualidad, hay alrededor de 5 y 10 mil padres médicos cubanos que fueron separados a la fuerza de sus hijos y familias, porque no pueden oponerse a ser destinados.
Muchos han dejado de ver a sus familias por 8 o 10 años.
Sin embargo no todos los médicos se oponen a viajar. Según Farber, hay médicos cubanos que están “más que dispuestos a ejercer en el extranjero bajo el patrocinio de su gobierno”. Además de los sentimientos humanitarios que pueden motivarlos, dice Saber, el muy reducido 25% del pago que reciben por sus servicios es mucho mejor de lo que normalmente ganarían en Cuba.
El infierno
En un artículo publicado por el diario español El Mundo, el cuadro es otro.
En una nota titulada “El infierno de los médicos del castrismo”, el diario explica que existe un férreo manual de normas represivas que acompaña a los médicos cubanos que viajan al exterior.
El personal debe reportar a sus superiores todas sus relaciones amorosas. También está prohibido mantener relaciones con personas que mantengan “posiciones hostiles o contrarias a la revolución cubana” o “cuya conducta no sea acorde con los principios o valores de la sociedad cubana”.
Vivir con personas no autorizadas también vulnera los códigos de conducta.
Al ser considerados como “población regulada”, los médicos sólo pueden viajar al exterior con permisos especiales. En los últimos reclutamientos para luchar contra el Covid, médicos confesaron a la organización Prisioners Defenders que aceptaron el trabajo porque temían represalias o lo hacían para conseguir alimentos o huir del país.
Según las investigaciones de HRW y de Naciones Unidas, también existen “excesos de horas trabajadas”, limitaciones en vacaciones y salarios y las amenazas.
El gobierno cubano negó las acusaciones y señaló a los relatores de derechos humanos por “fomentar espurias campañas promovidas por el gobierno de EE.UU.”.