El presidente apostó por que Elizabeth Warren no podría demostrar su ahora confirmada herencia indígena.
Donald Trump ha llamado a Elizabeth Warren “tonta”, “lo peor” y sobre todo, “Pocahontas”, el nombre de una adolescente nativa americana del siglo XVII. La senadora demócrata por Massachusetts es uno de los blancos frecuentes del mandatario porque duda de sus orígenes indígenas. En julio, Trump dijo durante un mitin en Montana que donaría un millón de dólares a la fundación que la legisladora quisiera si se hacía una prueba de ADN y demostraba que era nativa. Warren publicó los resultados este lunes, los que concluyen que hay “pruebas sólidas” de su herencia indígena. Ahora ella quiere que el presidente cumpla con su palabra, pero, a pesar de la evidencia, él dice que nunca prometió eso y que “¿a quién le importa?”.
La polémica por los orígenes de Warren no es nueva y no la inventó Trump. Cuando la demócrata, que suena con fuerza como posible candidata contra Trump en las elecciones presidenciales de 2020, estaba en campaña por un escaño en el Senado en 2012 se sometió a un fuerte escrutinio por parte de su contendor republicano Scott Brown y varios grupos que exigieron una prueba de sus orígenes. Incluso representantes cheroquies, la etnia nativa de la que ella dice proceder, exigieron documentos.
Inicialmente, un experto de la Sociedad de Genealogía Histórica de Nueva Inglaterra había confirmado que existía evidencia de que Warren era 1/32 indígena según un documento familiar que indicaba que su tatarabuela era cheroqui, publicó el Boston Globe a principios de la controversia. Pero este argumento se corrigió más tarde, ya que ni el periódico estadounidense ni la Sociedad Genealógica pudieron comprobar la existencia de los papeles. “Ser nativo estadounidense ha sido parte de mi historia, supongo que desde el día en que nací, no conozco ninguna otra forma de describirlo”, explicó entonces Warren.
En los últimos meses la líder progresista y candidata a la reelección en noviembre ha cobrado mayor relevancia por una posible postulación a la presidencia de Estados Unidos. Durante una conferencia de prensa donde criticó el apoyo de los republicanos al ahora juez del Tribunal Supremo Brett Kavanaugh, Warren no descartó su ambición de llegar a la Casa Blanca. La senadora dijo que “echaría un vistazo” a postularse en 2020 una vez que finalicen las legislativas y pidió al país que elija a una presidenta para arreglar el “gobierno quebrantado” de Washington. Cuando Trump era candidato, la senadora fue una de las voces demócratas más contrarias con que tuvo que lidiar el neoyorkino. Warren bombardeó durante meses las redes sociales con mensajes para desenmascarar al “racista, sexista, xenófobo y bully (matón)” republicano.
El debate sobre sus orígenes se había paralizado hasta que Trump lo llevó a un terreno más pedregoso hace dos meses: “Prometo que haré esto (…) voy a conseguir uno de esos pequeños estuches de pruebas de ADN y en medio del debate (presidencial), cuando ella proclame que tiene herencia indígena le diré ‘Le daré un millón de dólares, pagados por Trump, a su organización benéfica favorita, si se realiza el examen y demuestra que es indígena’. Lo tenemos que hacer gentilmente porque en la era del MeToo hay que ser muy gentil. Veremos qué hace ella… Tengo la sensación de que dirá que no”. La multitud que asistía al mitin se rio y aplaudió. Pero Warren cogió el guante.
Con un informe y un vídeo publicado este lunes en su sitio web, la demócrata presentó los resultados del análisis de ADN realizado por Carlos D. Bustamante, profesor de la Universidad de Stanford. La conclusión de la muestra es que “la gran mayoría” de la ascendencia de Warren es europea, pero que “los resultados apoyan firmemente la existencia de un ancestro nativo americano, probablemente en el rango de hace 6 a 10 generaciones”. En caso de que sea su tatarabuela, Warren es 1/32 indígena, si la herencia es de 10 generaciones atrás, la fracción nativa es 1/512. “Nunca esperé que la historia de mi familia fuera utilizada como una broma política racista y que llamaran mentirosos a mis difuntos padres”, escribió la legisladora al presentar la documentación. También interpeló al mandatario a través de su cuenta de Twitter: “Por cierto, @realDonaldTrump: ¿Recuerda haber dicho el 5 de julio que le daría un millón de dólares a una organización benéfica de mi elección si mi ADN demostraba mi ascendencia nativa? Yo lo recuerdo y aquí está el veredicto. Envíe el cheque al Centro Nacional de Recursos para Mujeres Indígenas”.
Consultado esta mañana por la prensa, Trump negó haber prometido tal acuerdo. “No dije eso. Será mejor que lo vuelvas a leer”, le respondió al periodista. Sobre la posibilidad de que Warren esté cimentando una carrera a la Casa Blanca, el mandatario aseguró que espera que así sea porque no cree que ella sea una competencia “difícil en absoluto”. “Destruirá el país, lo convertirá en Venezuela. Habiendo dicho eso, no quiero decir cosas malas sobre ella”. Ante su reacción, Warren volvió a tuitear un ácido mensaje mencionando la cuenta del presidente. “¿Tienes algunos problemas de memoria, @realDonaldTrump? ¿Debemos llamar a un médico? Aquí hay algo que no “olvidará”, señor presidente: usted es el mandatario menos popular en la historia moderna y sus aliados sufrirán una dura caída en las elecciones legislativas. 22 días. Tic-toc, tic-toc”, lanzó la demócrata.