El periodista especializado en economía analizó en la 99.9 el impacto del acuerdo energético con Chile, la transformación productiva impulsada por Vaca Muerta, la minería y la industria del conocimiento. Además, cuestionó la mala administración bonaerense, las políticas impositivas municipales y el sesgo negativo de ciertos economistas frente al desempeño del gobierno.

El periodista económico Daniel Sticco dialogó con la 99.9 y aseguró que la Argentina atraviesa “una nueva economía” impulsada por la consolidación del sector energético y tecnológico. Sus declaraciones se dieron tras conocerse el acuerdo entre YPF y la empresa estatal chilena ENAP para la provisión de petróleo por 12 mil millones de dólares, un paso que —según destacó— fortalece la balanza externa y proyecta un horizonte de crecimiento sostenido para los próximos años.
Sticco remarcó que el desarrollo de Vaca Muerta, el avance del sector minero y el crecimiento de la industria del conocimiento están generando un escenario distinto al de la última década. Señaló que estos sectores combinan inversiones de capital y una elevada demanda de empleo calificado. En ese sentido, recordó que YPF estima la creación de más de 50 mil empleos directos en los próximos diez a doce años: “La Argentina hace más de una década que no genera empleo privado registrado; que una sola empresa tenga esa perspectiva habla de una nueva realidad”.
Consultado sobre la discusión pública en torno al conurbano bonaerense, Sticco fue categórico al afirmar que la provincia de Buenos Aires “no es pobre, sino mal administrada”. Enumeró los recursos productivos del territorio —turismo, agricultura, ganadería e industria— y cuestionó medidas como el impuesto del 2% a las ventas en supermercados en Pilar o el impuesto del 9% a los bancos impulsado por la gobernación: “Esquilmando al vecino no se genera desarrollo; se incentiva que la actividad se vaya a otros municipios y se destruye empleo”.
El periodista también se refirió al clima de negatividad instalado por algunos sectores. Criticó a economistas que, pese a los avances macroeconómicos, difunden diagnósticos pesimistas: “Hay quienes dicen que el modelo está agotado, pero cuando uno mira los números duros, ve otra cosa: el PBI crece 5%, la inflación bajó del 270% a niveles cercanos al 30%, las exportaciones están en récord y Argentina cuenta con respaldo financiero del Tesoro de Estados Unidos”.
Sticco consideró que el gobierno logró revertir la percepción social porque “la gente siente que, aunque falta, está un poco mejor y que mañana puede estar mejor que hoy”. Además, cuestionó la obsesión de algunos analistas por la acumulación de reservas y defendió la estrategia de financiamiento externo en condiciones más ventajosas para cancelar deuda previa.
En su mirada estructural, sostuvo que la Argentina debe dejar atrás un esquema industrial basado en el proteccionismo y orientado al mercado interno sin capacidad de competir globalmente. Afirmó que mantener altos costos laborales y trabas a las importaciones solo ha favorecido a un número reducido de sectores en detrimento del resto de la población: “Proteger a un millón de trabajadores ineficientes perjudica a 47 millones de argentinos”.
Finalmente, analizó la evolución del empleo de los últimos 15 años: pese a la creación de tres millones de puestos laborales, ninguno correspondió al empleo privado registrado. El crecimiento —explicó— se concentró en el empleo público, el monotributo y la informalidad, consecuencia de un costo laboral que desalienta la contratación formal. “La Argentina tiene que darse cuenta de que necesita un cambio”, cerró.