El economista jefe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina (FADA) contó en la 99.9 los resultados de un estudios sobre el impacto de los derechos de exportación en sectores productivos.
El impacto impositivo tiene distintos enfoques que cambian incluso las consecuencias de un sólo aporte. En el caso de los derechos de exportación, hay una consecuencia directa en las comunidades de las regiones productivas que la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina (FADA) se encargó de medir.
El economista jefe de la entidad, David Miazzo, indicó en la 99.9 que “es un estudio que busca mostrar como afectan los derechos de exportación a las regiones productivas del interior del país a los cuáles le significan una extracción de recursos que no llegan a la región y se convierten en menor actividad económica e inversión”.
La estrategia también pasaba por un enfoque distinto al habitual: “la idea es cambiar el foco porque siempre que discutimos este tema hablamos de lo fiscal y productivo, pero hay que tener en cuenta la cuestión regional. El estudio fue hecha para la región de Pergamino y que haya un derecho de exportación de la soja de 33% indica que en vez de ingresar 100 pesos a la región, ingresan 67 y eso no se convierte en inversión y empleo”.
Como ejemplo de lo que significa la carga de este impuesto en particular, Miazzo agregó un desglose de las conclusiones: “la región en soja, maíz y trigo produce 1.200 millones de dólares de los cuáles paga el 36% de impuesto, unos 440 millones. De esos impuestos, sólo un 6% son de origen municipal, un 9% son impuestos provinciales y el resto son de origen nacional. Dos tercios del total son derechos de exportación que son impuestos no coparticipables. Ahí está uno de los puntos que atenta contra el federalismo porque se llevan dos tercios de lo que paga una producción en el interior pero no se reparte automáticamente“.