La abogada del motorman Marcos Córdoba, la Dra. Valeria Corbacho, indicó en la 99.9 como fue su alegato en el juicio por el Siniestro de Once donde intentan inculpar a su defendido. “Si el tren hubiera estado en perfectas condiciones, hubiese frenado en 25 metros”, aseguró destacando que el chofer había accionado los frenos 200 metros antes de chocar con el paragolpe.
El juicio por la Tragedia de Once está llegando a su fin y los distintos actores que intervinieron en sus alegatos pidieron una ampliación en la investigación, dejando claro que hubo negligencia y desvío de fondos. Así lo expresó en la 99.9 la abogada Valeria Corbacho que representa al motorman Marcos Córdoba sobre quien se quiere apuntar las responsabilidad del siniestro: “mi alegato se llevó a cabo en 3 jornadas del juicio oral. En primera instancia hablé sobre el estado general del sistema ferroviario y los antecedentes del chapa 16, el tren que tomó Córdoba en estación Castelar y llega a Once sin aire suficiente para frenar”. Luego abundó: “describí pormenorizadamente como estaba el tren antes de salir y los resultados de los distintos peritajes con posterioridad al accidente demostrando las falencias del tren y que le impidieron al motorman frenar porque aplico los frenos en la distancia correspondiente pero no estaba en condiciones de hacerlo la máquina“.
No se centró solamente en ese punto, sino también en las responsabilidades de quienes no cumplieron con sus deberes para que el tren estuviera en esas condiciones. “Una vez acreditada la causa, le dediqué un capítulo a explicar y probar la responsabilidad de los funcionarios que tenían a su cargo controlar como salía esta formación. Hay autoridades que inexplicablemente quedaron al margen de la investigación. Dediqué un capítulo expreso a la concesionaria y quienes conducían esas políticas. Desde Cirigliano para abajo, absolutamente todos estaban al tanto por documentación interna que se enviaron que el tren no estaba en condiciones mecánicamente”, aseguró la letrada.
El tercer y último capítulo ahonda en los gastos del dinero público que habían recibido por parte del gobierno: “expliqué como desviaron los fondos y el dinero sobraba para que el tren diera un servicio óptimo. También en que lo gastaron los días puntuales, en que hoteles, en que bares y en que joyerías. Acreditamos hasta días antes del accidente cuanto gastaron y donde lo habrían podido invertir”, remarcó.
Los otros responsables, los que completan la línea de culpas en el siniestro, fueron los funcionarios del gobierno que debían controlar que se hacía con el dinero de los subsidios. “Los funcionarios del gobierno estaban conscientes de que TBA era una empresa que gestionaba de muy mala forma el dinero y no les importaba ni siquiera la salud de sus empleados. El negocio les cerraba por otro lado porque tenían empresas satélite donde desviaban los fondos y no invertían en una concesionaria que estaba desmantelada. El deterioro de los trenes fue creciendo de a poco”, indicó luego Corbacho.
Por último, la abogada se refirió al alegato que realizó el fiscal Fernando Arrigo destacando algunos puntos, pero criticando otros. “El fiscal acusó con coraje pidiendo que se extraigan testimonios para que se investigue al Ministro de Planificación. En parte de nuestro alegato le contestamos al fiscal porque a pesar de haber dicho que el tren tenía una falla, entendió que el maquinista había aumentado el riesgo porque de haber frenado antes de los 200 metros podría haber evitado el accidente. Creemos que no es así porque si el tren funcionaba como debiera, en 25 metros frena”, sentenció.