La supuesta amante del fallecido fiscal Alberto Nisman fue denunciada ante la Justicia por un hombre que asegura ser su “cliente” y que alega que la modelo primero lo estafó por 12 mil dólares, y que luego lo drogó y le robó.
Florencia Cocucci, la modelo de 27 años que saltó a la fama el año pasado al ser ligada sentimentalmente con el fallecido fiscal de la causa AMIA Alberto Nisman, fue denunciada ante la Justicia junto a su hermana y su madre por un hombre que asegura que fue estafado y robado por ella, al contratar sus servicios sexuales.
El denunciante es Sebastián Duarte, un hombre de 35 años que segura que desde hace dos años contrata los servicios sexuales de la marplatense, de quien especifica recibía “visitas de ella en forma esporádicas, en diferentes hoteles alojamiento de Capital Federal”, al tiempo en que agregó que “siempre la relación se mantuvo en perfecto orden y según lo pactado”.
Sin embargo, en su denuncia, Duarte alega que desde hace un año fue notando “cambios en su comportamiento, como por ejemplo demandas económicas, alegando un pésimo estado económico y su imposibilidad para conseguir un trabajo estable”.
De esta manera, Duarte aceptó un cambio tarifario en los encuentros hasta que ella le explicó que necesitaba juntar dinero, primero con el fin de realizar viajes laborales al exterior, y luego para invertir en una casa de “masajes terapéuticos”. “Un día a mediados de agosto me solicita una suma de dinero, más precisamente 12 mil dólares, con el fin de realizar una inversión en una casa de masajes terapéuticos, en Capital Federal, cosa que accedí, con la promesa de ponerme dentro de la sociedad a ese fin”, indica la denuncia de Duarte.
A partir de ese momento, y como la inversión no se concretaba, Duarte comenzó a reclamarle por este tema, pero ella le respondía con llamados evasivos o no le atendía el teléfono.
Duarte siguió manteniendo contactos sexuales con Cocucci, y pagando por ellos, para “no perder el contacto” y “no perjudicar el supuesto futuro negocio” al que fue invitado y que nunca se concretó.
Siempre según lo denunciado, Duarte realizó un seguimiento de Cocucci a través de sus cuentas de las redes sociales y notó que ella “estaba a la caza de personas de buen pasar a fin de solventarse” y luego contactaba a estos hombres para comprobar que, efectivamente, la modelo les sacaba dinero con la misma propuesta económica.
Tras una discusión, Duarte dejó de ver a la modelo hasta septiembre de este año, en el que volvió a concretar encuentros sexuales con la joven en un hotel céntrico. Sin embargo, en esa ocasión, el denunciante manifestó sentirse “mareado, con cierto malestar” y se dirigió a su domicilio para constatar, al despertarse, que le faltaba un reloj Cartier (con número de serie 207654) y 2300 pesos en efectivo que tenía en la billetera.
La historia no termina allí: Duarte alega que volvió a reunirse con la modelo en octubre de este año en un café céntrico, donde ella le dijo que estaba embarazada y que necesitaba 20 mil pesos para pagar un aborto porque si no “iban a empezar mis problemas”. “Mirá, yo tengo mil tipos que me garcho y si quiero te puedo mandar a agarrar, dame la plata que te digo; si no, vas a estar en problemas”, le habría dicho la modelo.
Duarte alega que realiza la denuncia a raíz de que tanto Cocucci como su hermana y su madre lo llaman frecuentemente a su teléfono para reclamarle los 20 mil pesos. En el documento, el empresario pide también una medida perimetral a fin de salvaguardar su integridad física, la detención inmediata de Cocucci y la realización de un examen de ADN, en caso de que se detecte que ella está embarazada, a fin de comprobar su paternidad.