Un estudio realizado a 6.318 hombres sugiere que las personas de mediana edad no deberían consumir altos niveles de proteína, particularmente la animal, ya que su consumo cuadruplica el riesgo de sufrir cáncer.
Sin embargo, si la persona tiene más de 65 años, entonces una dieta rica en carne y productos derivados de animales puede ayudar a extender la vida.
“Existe una idea equivocada de que porque todos comemos, es fácil entender la nutrición”, señala Valter Longo, uno de los autores de la investigación. “Pero la cuestión no es si ciertas dietas te hacen bien por unos días, sino si te pueden ayudar a llegar a los 100 años”, agrega.
En la investigación, que duró 18 años, los hombres que tuvieron una mayor ingesta de proteína no solo tenían más riesgo de contraer cáncer, sino también de diabetes, en comparación con quienes consumieron dietas más bajas en proteína.
Pero al cruzar la frontera de los 65 años, aquellos que habían ingerido altas dosis de proteína eran 60% menos propensos a morir de cáncer que aquellos con una dieta baja en producto animal.
Según los expertos, la razón de los beneficios y perjuicios de este alimento puede estar en una proteína que controla la hormona de crecimiento IGF-I, que ayuda a crecer al cuerpo pero que también se ha vinculado con la susceptibilidad a desarrollar cáncer.
“La hormona es importante en el desarrollo temprano y en el crecimiento de los huesos, pero si tienes mucho de esta hormona de crecimiento, entonces puede promocionar el crecimiento de células cancerígenas”, explicó a la BBC el nutricionista Tom Sanders, profesor de la Escuela de Medicina de la King’s College de Londres.
Los niveles de esta hormona caen precipitosamente después de los 65 años, lo que origina una posible debilidad y pérdida de la masa muscular. De acuerdo con el estudio, los hombres de mediana edad que llevaban una dieta moderada en proteínas eran menos susceptibles a ciertas enfermedades.
“Esta investigación demuestra que una dieta baja en proteína a mediana edad es útil para prevenir cáncer en particular y la mortalidad, en general”, señaló la co-autora del estudio Eileen Crimmins, de la Universidad del Sur de California.
Un aspecto importante del estudio fue la proteína vegetal. Los investigadores descubrieron que este tipo de proteínas no tienen los mismos efectos de mortalidad que la animal. Los índices de cáncer y mortalidad tampoco parecieron verse afectados por el control del consumo de carbohidratos o grasa, lo que sugiere que la proteína animal es el principal culpable.
Los resultados de este estudio contribuyen a las recomendaciones de varias agencias sanitarias que recomiendan consumir 0,8 gramos de proteína al día por kilo de peso corporal a mediana edad.