El hallazgo, realizado por científicos de la NASA en la Estación Espacial Internacional, permitirá interpretar mejor el funcionamiento interno de la naturaleza.
Un equipo de científicos logró observar por primera vez en el espacio el condensado de Bose-Einstein, diferente de las fases sólida, líquida, gaseosa y plasma. El quinto estado de la materia ya había sido advertido en 1924, en una investigación realizada por el físico indio Satyenandra Nah Bose y aprobada por su colega alemán -nacionalizado austríaco, suizo y estadounidense- Albert Einstein.
El experimento realizado en la Estación Experimental Internacional de la NASA permitió detectar la materia menos conocida hasta ahora a mitad de camino de entre los universos microscópico -donde rigen las reglas de la mecánica cuántica- y macroscópico, en el que se aplican las normas de la física clásica. El quinto estado solamente puede tomar forma a temperaturas cercanas a 0° absoluto.
Según explicó el experto Robert Thompson -del Instituto de Tecnología de California, Estados Unidos-, en el condensado de Bose-Einstein, átomos ultrafríos se mueven al unísono y se comportan como ondas en lugar de partículas. El estudio, publicado en la revista especializada “Nature”, permitirá analizar propiedades clave de la mecánica cuántica -algo muy difícil de encarar en la Tierra, a causa de la atracción gravitatoria del planeta- y comprender mejor el funcionamiento interno de la naturaleza.
Casi un siglo atrás, Bose y Einstein habían logrado demostrar que la luz emitida por cualquier objeto depende de su temperatura y que, por debajo de cierta temperatura, las partículas -luego denominadas “bosones”, en homenaje al científico nacido en India- tienden a adoptar un mismo estado microscópico.
El quinto estado de la materia fue detectado en 2001 por Carl Wieman y Eric Cornell, un hallazgo reconocido con el Premio Nobel de Física. Diecinueve años más tarde, el condensado de Bose-Einstein se pudo observar en el espacio. Su condensación en la Tierra dura pocos milisegundos antes de disiparse. En cambio, en la órbita se lo pudo apreciar a lo largo de más de un segundo.
“Esto nos permitirá hacer pruebas de relatividad general, búsquedas de energía oscura y ondas gravitacionales, navegación en aparatos espaciales y prospección de minerales subterráneos en la Luna y otros cuerpos planetarios”, explicó David Aveline, a cargo del equipo científico que trabajó en la base espacial de la NASA.