Un equipo de investigadores españoles consigue aplicar una molécula que permite que no se degrade el material genético y facilita el estudio y posterior tratamiento de patógenos como los virus.
La plataforma tecnológica establecida entre el laboratorio de Epistem España, el Hospital Carlos III y el Hospital Universitario La Paz ha descubierto la aplicación de una tecnología que permite inmortalizar el material genético de los virus -entre los que destaca el VIH- para mejorar el diagnóstico y su tratamiento.
Los científicos españoles han tenido acceso a una solución producida por una empresa estadounidense y que aparentemente servía como desinfectante para piscinas o incluso para los containers del ejército de los Estados Unidos procedentes de zonas de conflictos. Tras testarla durante tres años y medio –convencidos de que tenía el potencial para interactuar con el material genético–, han logrado unas condiciones óptimas para que este compuesto en contacto con el virus forme un complejo que impida la degradación espontánea del ADN y ARN que se produce a temperatura ambiente. «Es bueno porque le pones un chaleco molecular a prueba de balas que hace que no pueda ser degradado de ninguna forma. Interactúa con el material genético y hace que las enzimas que lo rompen no puedan hacerlo», explica Pablo Castán, director científico de Epistem España.
La molécula del compuesto testado tiene la característica de integrarse en las paredes celulares y en las membranas y produce una desorganización de la estructura de la célula. Así, han descubierto que aplicada a los virus interactúa con su material genético produciendo su inmortalización. De esta manera, permite identificar, analizar y caracterizar de un modo mucho más efectivo toda la información de los seres vivos, desde el virus del sida hasta el protozoo de la malaria. «El hecho de que al ser estable y puedas hacer un análisis mucho más fino va a permitir descubrir nuevos puntos de interés para el tratamiento específico de los virus», cuenta Castán. Normalmente, el material genético se degrada a muy alta velocidad como en el caso del ARN haciendo muy difícil trabajar con este material. En el caso del ADN el proceso es más lento, pero provoca alteraciones que complican su caracterización.
Este descubrimiento abre nuevos horizontes diagnósticos y de tratamiento de los virus. Especialmente en el caso del sida o de la hepatitis, donde las pruebas de identificación y de carga viral son muy costosas y requieren sistemas integrados que se encuentran localizados en centros de referencia diagnóstica. «Al inmortalizar el virus te va a permitir desarrollar herramientas diagnósticas mucho más gruesas y más baratas que se van a poder establecer a punto en lugares de necesidad. Es un gran avance», incide el máximo encargado del laboratorio Epistem España.
El principio activo que ha aplicado este grupo de investigadores no es un medicamento en sí, pero si está relacionado con la búsqueda de nuevos medicamentos, porque al tener estabilizado el material genético se puede estudiar a nivel de secuencias, es decir, permite leer toda la información sin temor a que se degrade. «Una de las características de este descubrimiento es que además de estabilizar e inmortalizar el virus, es cien por cien manipulable desde el punto de vista de la biología molecular. Lo puedes estudiar como tú quieras», explica Castán.
Redifinición de los sistemas de diagnóstico
El hallazgo en la aplicación de este compuesto patentado (a falta de recibir un nombre comercial), supone un avance para combatir el virus en los lugares de origen y donde se expanden sin ningún control los virus como el VIH. «Puede suponer la redefinición de los sistemas diagnósticos de bajo precio a utilizar en zonas de desarrollo para seguimiento de sida o la erradicación de la hepatitis», cuenta Antonio Madejón, colaborador de la plataforma tecnológica que ha conseguido este logro. «Cuando estos resultados sean validados en grupos de referencia asociados a nuestra plataforma, se abrirán nuevas líneas de investigación dedicadas a aprovechar las características de estos extractos inmortalizados. A nivel multidisciplinar se van a desarrollar los avances en el tratamiento, como las mejoras de las combinaciones de los fármacos o la estimulación de la inmunidad del propio paciente», añade.
Hasta conseguir las condiciones óptimas para la estabilización del virus, los científicos han tenido que explorar y descartar muchas aplicaciones. José Miguel Rubio, uno de los científicos que ha participado en la investigación, señala que han sido tres años «muy intensos» en los que han tenido que descartar la aplicación de este compuesto en algunos casos. Sin embargo, con la malaria han logrado «los mejores resultados».
El mes pasado, esta plataforma tecnológica presentó el resultado someramente en el Congreso Internacional de Diagnóstico Molecular que tuvo lugar en Lisboa. Pablo Castán, que fue el encargado de la exposición cuenta que fue «muy positivo». Y por este motivo, están empezando a abrir nuevas investigaciones «en un formato abierto y compartido» para que otros grupos puedan reproducirlas especialmente ahora que las patentes consolidan la propiedad intelectual de los implicados.