Un grupo de científicos descubrió cómo se producen las reacciones alérgicas a los gatos, lo que puede abrir la posibilidad al desarrollo de una medicina preventiva.
El equipo de la Universidad de Cambridge identificó cómo el sistema inmune del cuerpo humano puede detectar el alérgeno del gato, que produce síntomas como la tos y el estornudo. Según la organización benéfica Allergy UK, la investigación publicada en Journal of Immunology es “un gran avance” hacia el entendimiento de cómo el alérgeno de gato causa reacciones alérgicas.
Clare Bryant, de la Universidad de Cambridge, y su equipo de trabajo, estudiaron las proteínas que se encuentran en las partículas de la piel del gato que son la causa más común de la alergia. Las personas que tienen alergia a los gatos son alérgicas a las proteínas que están en la saliva de los gatos, la orina y la caspa. De hecho, algunas personas con asma alérgica tienen severos ataques después de estar en contacto con un gato. En el estudio se descubrió que los alérgenos del animal activan una vía específica del cuerpo que desencadena una gran respuesta inmune, causando síntomas como la tos, jadeo, estornudo y rinorrea.
“Hemos descubierto cómo la proteína de la alergia de gato activa las células inmunitarias del huésped”, le dijo Bryant a la BBC. “Al entender los mecanismos desencadenantes, sabemos que hay fármacos para otros trastornos, como sepsis, que posiblemente se podrían usar de una forma diferente para tratar o prevenir esta alergia”, agregó.
“El alérgeno del gato es particularmente difícil de evitar, debido a que es una molécula ‘pegajosa’ que se lleva a todas partes en los zapatos y la ropa de la gente”, señaló el director de servicios clínicos de Allergy Uk, Maureen Jenkins. Y explicó: “también se puede conseguir en una casa, en las paredes y techos, incluso pocos años después de que un gato ha dejado de vivir allí. Así que esta nueva información que identifica el receptor específico de interacción en el sistema inmune podría allanar el camino para tratamientos dirigidos a personas con enfermedad persistente, provocada por alérgenos de gato y, en el futuro, posiblemente de perro y ácaros del polvo en las casas”.