Los niños, niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años han visto cómo su hogar se convirtió en el peor lugar para vivir durante la emergencia sanitaria de COVID-19, pues sus familiares son los principales generadores de violencia en su contra.
La pandemia de COVID-19 en México ha causado muchos estragos en la población. Más allá de los más de 3 millones de contagios y las casi 250 mil muertes, los problemas sociales derivados de esta emergencia sanitaria también son alarmantes, especialmente para los niños y las niñas.
De acuerdo con el informe “Impacto de la pandemia en niñas y niños”, presentado por el Gobierno Federal, este sector de población afectó a este sector de población debido al al confinamiento, las restricciones a la movilidad, la suspensión de clases presenciales y la nula convivencia con sus iguales.
Estos factores alteran las etapas de desarrollo de las infancias y su salud mental. Asimismo, los coloca en una posición de vulnerabilidad dentro de sus hogares, que se convirtió en el principal lugar donde se generan las violencias que sufren.
Para las autoridades nacionales, es alarmante la cantidad de personas que han desertado de la escuela, pues para el ciclo escolar 2020-2021, 5.2 millones de estudiantes no se inscribieron en un centro educativo derivado de la COVID-19. Del total registrado, 3 millones son niños y niñas.
Otro indicador que también llegó a cifras históricas de marzo a junio de 2021 fue la violencia familiar. Durante este primer semestre, se registraron 129 mil 020 carpetas de investigación por este delito, cantidad que evidenció un aumento del 24% respecto al mismo periodo del año anterior, situación que revirtió la tendencia a la baja en el delito.
Por su parte, las lesiones por violencia también incrementaron desde 2020, específicamente en el hogar, pues fue ahí donde ocurrieron el 73.29% de los casos. Ya en 2021 , los casos por parentesco alcanzaron el 65.96% del total, y demostró que las niñas y adolescentes son las más violentadas (92.81%).
Los tipos de violencia que más se han ejercido de enero a junio de 2021 fueron la psicológica (37.85%), sexual, (29.69%), física (26.33%), abandono o negligencia (4.51%) y económica (1.63%).
Un factor más que se vio aumentado fue el de los embarazos en niñas y adolescentes de entre 10 y 14 años. Tan sólo el año pasado, hubo 373 mil 661 nacimientos de madres adolescentes, de los cuales, 8 mil 876 fueron hijos de menores de 14 años.
Aquellos que han sido los principales señalados de embarazar a una menor de 14 años por violaciones o matrimonios arreglados por los familiares de ellos son un amigo, un familiar, un desconocido o un ex novio.
No obstante, el riesgo no termina ahí, ya que cuando una madre adolescente decido tener al bebé puede morir, tragedia que sucede a menudo. Esta causa de muerte ocupa el sexto lugar en la mortalidad nacional en mujeres de 15 a 17 años.
Por otra parte, en 2020, la tercera causa de defunción en niños y la sexta en niñas de entre los 1-14 años fue el homicidio, con 146 y 120 casos registrados. Mientras que fue la primera causa de fallecimiento en los adolescentes hombres de entre 15 y 17 años, con 961 muertes.
El informe también aseguró que hubo una cifra récord en suicidios de niños, niñas y adolescentes durante 2020, pues se registraron cuando 1 mil 150. Esta tasa aumentó un 12% entre 2019 y 2020.
Los menores de entre 10 y 14 años fueron los principales afectados por esta situación. Los casos aumentaron 37%. mientras que en adolescentes mujeres de 15 a 19 años incrementó un 12 por ciento.
Relacionado con este punto, también creció el pensamiento suicida en adolescentes, pues pasó del 5.1% al 6.9% de 2018 a 2020. Por su parte, la conducta suicida se amplió del 3.9% al 6% en el mismo periodo.
Finalmente, se consignaron 4,325 menores desaparecidos en México, de los cuales 1 mil 470 son niños (33.99%) y 2 mil 853 niñas (65.97%). Además, se observó un incremento en las desapariciones de adolescentes mujeres(15-17 años), presumiblemente víctimas de trata.
Para tratar de revertir esta situación, el gobierno federal propuso algunas acciones para realizarse de inmediato, como la apertura de espacios de convivencia y educativos; el regreso a clases; abrir bibliotecas y museos; todo con un fortalecimiento de las medidas preventivas sanitarias.