Detienen a los sospechosos de la peor masacre en la Europa de postguerra

En 1995, mil musulmanes fueron asesinados en un galpón en Bosnia, en la más brutal matanza civil desde la II Guerra. Hay ocho detenidos.

mujer-bosnia-llora-sobre-ataudFiscales en Serbia realizaron este miércoles los primeros arrestos de sospechosos de llevar a cabo la masacre de Srebrenica contra musulmanes bosnios en 1995, en la peor matanza civil en Europa desde la II Guerra Mundial.
La policía Serbia arrestó a ocho hombres acusados de participar en la matanza de más de 1.000 musulmanes en un almacén en las afueras de Srebrenica, en Bosnia, dijo un equipo de fiscales serbios y bosnios a la agencia AP.
En total, más de 8.000 musulmanes bosnios murieron a manos de serbios en la localidad en 1995 _ la única atrocidad cometida en Europa calificada de genocidio por Naciones Unidas desde la Segunda Guerra Mundial.
Fiscales serbios explicaron que en un principio arrestaron a siete personas en registros antes del amanecer del miércoles en distintas zonas del país. Tras una operación de búsqueda y captura, más tarde el miércoles localizaron al octavo sospechoso.
El fiscal jefe de Serbia para Crímenes de Guerra, Vladimir Vukcevic, explicó que todos los detenidos “son antiguos miembros de una brigada especial de la policía serbobosnia”.
Serbia ya juzgó en el pasado a hombres que tomaron un grupo de prisioneros en Srebrenica para asesinarlos. En 2011 arrestó a Ratko Mladic -el señor de la guerra considerado autor intelectual de la matanza-, a quien envió a la Corte Penal Internacional en La Haya, Holanda. Pero las detenciones del miércoles son el primer intento de Serbia por llevar ante la justicia a los hombres que se mancharon las manos de sangre en la máquina de matar conocida como la masacre de Srebrenica, de la que se cumplen 20 años este julio.
“Es importante destacar que esta es la primera vez que nuestra fiscalía enfrenta los asesinatos masivos de civiles y prisioneros de guerra en Srebrenica”, dijo Bruno Vekaric, principal fiscal serbio del caso.
Serbia se está acercando a un momento clave en la revisión de su pasado, agregó.
“Nunca hemos tratado con un crimen de estas proporciones”, dijo Vekaric, número dos de la fiscalía Serbia de Crímenes de Guerra. “Es muy importante para Serbia tomar una posición clara con respecto a Srebrenica a través de un proceso judicial”.
Munira Subasic, presidenta del grupo Madres de Srebrenica, calificó las detenciones de “buenas noticias”.
“Esto es un mensaje para todos los criminales que huyeron y que piensan que están a salvo de la justicia, nunca podrán descansar”, opinó.
Más de 100.000 personas fallecieron y millones se quedaron sin hogar en la guerra de Bosnia, entre 1992 y 1995, cuando serbobosnios, respaldados por la vecina Serbia, se rebelaron contra la decisión de Bosnia de declarar su independencia de Yugoslavia, liderada por Serbia.
La colaboración entre fiscales de ambos países antes enfrentados por la guerra _ respaldados por el tribunal de crímenes de guerra de Naciones Unidas _ es el caso judicial más importante del equipo que busca curar las heridas abiertas por el conflicto.
Los arrestos siguen a una redada el pasado diciembre, dirigida por el mismo equipo, contra 15 sospechosos de otra atrocidad durante la guerra: una masacre tras secuestrar un tren bosnio.
En julio de 1995, fuerzas serbobosnias abrieron la ofensiva por Srebrenica con un intenso bombardeo, ignorando la presencia de cascos azules holandeses en la localidad. Los serbios _ liderados por Mladic _ marcharon sobre la ciudad sin encontrar resistencia. Las mujeres buscaron refugio en la base holandesa, mientras que hombres y niños huyeron a los bosques cercanos _ donde fueron perseguidos por las fuerzas de Mladic.
Quienes cayeron en manos de los hombres de Milidragovic fueron reunidos y hacinados en el almacén sin comida ni agua. En el edificio no había espacio suficiente para que todos pudiesen sentarse mientras esperaban asustados. Los asesinatos comenzaron por la tarde. Los atacantes lanzaron bombas a través de las ventanas y dispararon una ronda tras otra con armas automáticas.
Por la mañana, según testigos, Milidragovic ordenó a los sobrevivientes _ unos 100 _ que saliesen del almacén prometiéndoles que serían perdonados. Pero no fue así.
Muriz Sinanovic fue uno de los fallecidos en ese almacén. Su esposa, Suhra, nunca olvidará sus últimas palabras antes de marcharse al monte junto a miles de hombres que huían de Srebrenica.
“Cuida bien de mis hijos”, le dijo Muriz mientras abrazaba y besaba a Munir, de 7 años, y Emina, de 4.
En los pantalones de Muriz, descubiertos con sus restos, investigadores hallaron su permiso de conducir y una caja para tabaco que un familiar le había hecho con latas de ayuda de la ONU.
Los restos de Muriz _ aproximadamente la mitad de su cuerpo _ fueron encontrados años más tarde en una fosa común.