Lo afirma Jorge Molina, ex gerente de Aerolíneas Argentinas y ex director de Relaciones Institucionales de Trenes de Buenos Aires (TBA). El aporte para la campaña de CFK.
Ricardo Jaime reconoció ante la Justicia que recibió coimas para acortar el juicio por dádivas. Jorge Molina, ex gerente de Aerolíneas Argentinas y ex director de Relaciones Institucionales de Trenes de Buenos Aires (TBA), estaba del otro lado del mostrador en el vínculo entre el entonces secretario de Transporte y las empresas beneficiadas. Sostiene que Jaime operaba bajo las órdenes del ex presidente Néstor Kirchner y reconoce detalles del pedido de aportes para la campaña de Cristina Kirchner en 2007.
—Jaime aceptó que Cirigliano, ex titular de TBA, le pagó viajes en aviones privados. ¿Sigue sosteniendo que usted nunca se enteró de esos pedidos?
—La relación de TBA con el Gobierno cuando yo trabajaba en la empresa la manejaba el propio presidente de la firma, Cirigliano. No tenía ese contacto permanente con funcionarios que sí tuve cuando me desempeñé en Aerolíneas Argentinas. No iba a las reuniones donde se arreglaban aumentos de tarifas, subsidios o compras de material rodante.
—¿En esas reuniones Jaime pedía dinero?
—No lo sé, pero evidentemente había una connivencia, si no para qué TBA le pagó vuelos a Córdoba o Brasil. Todos teníamos sospechas de lo que ocurría porque Jaime tuvo un cambio de vida rotundo desde que comenzó a ser secretario de Transporte. No podía tener ese estilo de vida con el sueldo de funcionario público.
—¿En Aerolíneas Jaime le pidió algún favor?
—Nunca se llegó a un pedido concreto de dinero, pero todos somos grandes y entendemos que cuando uno inicia una conversación sabe dónde puede terminar. La relación con Jaime se deterioró rápidamente, no se podía trabajar con él, era su palabra o nada.
—¿Jaime le pidió aportes para la campaña de Cristina Kirchner en 2007?
—Sí, un día Jaime me llamó y me pidió que recibiera a uno de sus colaboradores más cercanos, Manuel Vázquez. En ese encuentro, Vázquez me solicitó un aporte para la campaña presidencial de Cristina Kirchner de 2007 de US$ 1,5 millón. Me reuní en Madrid con los dueños pero se negaron a facilitar el dinero debido a que el Estado era dueño del 5% de la empresa y además hay un límite de dinero que las empresas pueden aportar a las campañas, por lo que se decidió hacer un aporte de 300 mil pesos.
—¿El aporte se hizo a través de Aerolíneas?
—No, se hizo a través de la empresa Viajes Marsans, una empresa del grupo que tenía sede en Argentina.
—¿Hubo otros pedidos?
—En otra oportunidad, Vázquez vino a ofrecerme la compra de aviones Embraer, de Brasil, con un crédito y la financiación de un banco de allá. Les presenté el proyecto a los accionistas españoles pero determinaron que el precio era muy elevado en comparación con otras ofertas del mercado. Ahí algo raro había. Finalmente, es el precio por el que el Gobieno adquirió los aviones años después.
—¿Cómo era el vínculo entre Néstor y Jaime?
—Era excelente. Se conocieron en 1983, y cuando Néstor asumió la gobernación de Santa Cruz, Jaime fue designado secretario general. Detrás de cada pedido de aportes estaba Néstor porque Jaime le respondía a él. Es más, la influencia de Jaime sobre el presidente era tan importante que las tres reuniones que solicité para que Kirchner recibiera a los accionistas de Aerolíneas las consiguió Jaime. Tenía un celular rojo con el que sólo se comunicaba con Néstor.
—¿Néstor Kirchner era consciente del enriquecimiento ilícito de Jaime?
—Me parece que un gobierno que se jacta de estar bien informado no podía no conocer estos temas ya que son bienes que llaman la atención.