La Justicia y la Policía Federal dieron allí con “Niño Orsino”, el primero en quedar bajo la lupa; el otro detenido ya tenía antecedentes.
El misterio detrás del hackeo a la cuenta de Twitter de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich , comenzó a resolverse. Esta semana, la Justicia detuvo a dos sospechosos, tras una investigación de la División de Delitos Tecnológicos de la Policía Federal, que pudo dar con los equipos que vulneraron los sistemas oficiales.
Uno de los detenidos, de 27 años, es Ricardo Damián Mirco Milski, conocido en las redes sociales como “Niño Orsino”. Tras la intromisión en el Twitter de Bullrich, se había adjudicado la acción en las redes sociales. Luego, los investigadores detectaron que también habían sido vulneradas 30 casillas de mail del Ministerio de Seguridad.
En una entrevista con el sitio El Disenso, Orsino reveló sus objetivos. “Fue necesario ridiculizar a la ministra de Seguridad para exponer la debilidad del ministerio”, dijo. Aun así, el juez federal Sebastián Ramos, a cargo del caso, debía determinar si se trataba del verdadero responsable o de alguien que quería sacar provecho de la situación.
Las claves para la confirmación fueron un celular y una localidad: Mar de Ajó. Es que los investigadores detectaron un nuevo hackeo, esta vez a la casilla de un oficial de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Luego, la Policía Federal detectó un ingreso en ese mail vulnerado desde un teléfono celular en esa zona balnearia.
Así, se pudo identificar que el teléfono pertenecía a Milski, que estaba pasando unos días en ese lugar de la costa atlántica.
El sospechoso registraba domicilio en el barrio porteño de Saavedra. La Justicia decidió esperar a su regreso para realizar un allanamiento en su casa y, al mismo tiempo, lograr su detención, ante el temor de que pudiera entorpecer la investigación.
Defensa
Milski, según fuentes judiciales, fue detenido el lunes y horas después brindó una declaración indagatoria.
Asesorado por sus abogados, el hacker hizo su descargo, al alegar que “no obtuvo datos de manera ilegal”. Señaló que es un “profesional” que realiza asesoramiento en seguridad informática y que su objetivo con el hackeo a Bullrich era “colaborar” con la sociedad para exhibir la fragilidad del sistema.
Según confirmaron las fuentes a LA NACION, los primeros informes culminados anoche sobre el teléfono secuestrado a Niño Orsino indican que hay “rastros y pruebas de que él fue el autor del ataque al Twitter de la ministra”. El detenido pidió su excarcelación, pero fue rechazada por la Justicia.
El miércoles, en tanto, fue detenido un segundo sospechoso, de 45 años: Martín Horacio Trabucco. La Justicia ordenó allanar su domicilio en La Plata y secuestrar equipos y material. Se trata de un técnico informático que tenía antecedentes en otra causa por el mismo delito.
Tras brindar declaración indagatoria, Trabucco también pidió su excarcelación y el juez Ramos aún debe evaluar su situación.
Los investigadores ahora se disponen a analizar todo el material informático secuestrado en los allanamientos y no descartan la existencia de otros responsables.
Desde el Ministerio de Seguridad, en tanto, celebraron la detención de los atacantes, que habían utilizado la cuenta de Twitter de Bullrich para publicar mensajes ridículos, como “Macri gato” y una falsa renuncia.
La ministra manifestó ayer: “Desde el principio, siempre dejamos en claro que aquel que infringe la ley paga las consecuencias”.
Desde su cartera señalaron que “la Policía Federal, que dirige Néstor Roncaglia, llevó a cabo un exhaustivo análisis para saber cómo se consumó el hackeo”. Agregaron, en tanto, que “se tomaron todos los recaudos para impedir una futura vulneración”.
Las conductas de los hackers podrían recaer en más de un tipo penal, como violación de secreto o intimidación pública, dado que con uno de los mails hackeados se efectuó una amenaza al propio Ministerio de Seguridad.