Las autoridades chilenas calificaron la tragedia como la de mayor gravedad desde el terremoto de 2010, que dejó 525 víctimas y miles de heridos.
El número de personas que han muerto producto de los devastadores incendios forestales que desde el viernes están arrasando la región central de Valparaíso, a 100 kilómetros de Santiago (Chile), aumentó a 56 y las autoridades se refirieron este sábado a la tragedia como la de mayor gravedad desde el terremoto de 2010, que dejó 525 víctimas y miles de heridos.
“Después del terremoto del 2010, los incendios forestales en Valparaíso serán la situación de emergencia que más víctimas ha generado en Chile en el último tiempo”, dijo en una rueda de prensa la ministra del Interior, Carolina Tohá, quien advirtió de que el número de muertos podría ser “mucho más alto” con el paso de las horas.
“Todavía tenemos gran parte del territorio que no es accesible, en consecuencia no tenemos un levantamiento completo de víctimas ni tampoco de las viviendas e infraestructuras dañadas”, añadió.
La alcaldesa de Viña del Mar, una de las ciudades más afectadas por el fuego, dijo minutos antes que el Municipio maneja un catastro provisional de 372 personas desaparecidas, que no implica que todas ellas estén muertas pero sí da una idea de la magnitud de la tragedia.
La ola de incendios más mortífera hasta ahora tuvo lugar hace justo un año y dejó 27 muertos.
Según el último reporte de la Corporación Nacional Forestal, hay al menos ocho incendios activos actualmente en la región de Valparaíso, a 100 kilómetros al este de la capital, de los que preocupan especialmente cuatro por su virulencia, su rápida propagación y su cercanía con zonas densamente pobladas.
Las altas e inusuales temperaturas que se registraron viernes y sábado en la región, las intensas rachas de viento de hasta 60 kilómetros por hora y la baja humedad están dificultando el control del fuego.
El presidente Gabriel Boric decretó el viernes el estado de excepción por catástrofe, una herramienta que le permite disponer de los recursos necesarios para enfrentar la emergencia, y este sábado sobrevoló las zonas más afectadas.
“Quiero reiterar el llamado de que, ante la indicación de evacuar, no lo duden. El fuego avanza muy rápido y las condiciones climáticas que hemos tenido han hecho mucho más complicado el combate a los incendios”, indicó horas antes el mandatario en una cadena nacional desde el palacio presidencial La Moneda.
El incendio de mayor magnitud está en la Reserva Lago Peñuelas/Las Tablas, al costado de la principal autopista de la zona, que ya ha quemado cerca de 8.000 hectáreas.
“Hay antecedentes serios de que el origen del más grave de estos incendios, que es el de Las Tablas, podría haber sido intencional”, anunció la ministra.
Para facilitar las labores de rescate y despejar las vías de evacuación, el Gobierno chileno ordenó un toque de queda de 12 horas, desde las 21:00 hora local (00:00 GMT) en los sectores que aún no han sido evacuados de las localidades de Quilpué, Villa Alemana, Limache y Viña del Mar.
Tohá admitió “dificultades inéditas en desarrollar las evacuaciones” y pidió a la población obedecer en todo momento las instrucciones de las autoridades.
Aunque Chile ha vivido uno de los inviernos más lluviosos de los últimos 15 años, los especialistas llevan meses alertando de que la sequía no se ha erradicado y de que existe una gran probabilidad de que se desarrolle vegetación fina y muerta en la zona centro-sur de fácil combustión, a lo que se suma el impacto de un modelo forestal basado en el monocultivo de pino y eucalipto.