El economista aseguró que el verano no traerá tensiones en el mercado de dólares, destacó el impacto del superávit fiscal, el boom exportador y la inversión en energía y sostuvo que Argentina atraviesa un cambio estructural que muchos aún analizan con categorías del pasado.

El economista Salvador Di Stefano llevó tranquilidad sobre el escenario cambiario y financiero de los próximos meses al asegurar que no existen fundamentos para prever tensiones en el mercado del dólar ni una devaluación del peso. En diálogo con la 99.9, relativizó las advertencias sobre una supuesta “trampa del verano” y sostuvo que la caída estacional en la demanda de pesos es un fenómeno cíclico y conocido, que hoy se da en un contexto completamente distinto al de otros años.
“En el verano cae naturalmente la demanda de pesos y se recupera a partir de abril con las exportaciones de granos. Eso no es ninguna novedad”, explicó, aunque remarcó que la diferencia central es que hoy la Argentina tiene superávit fiscal y superávit cuasi fiscal en el Banco Central, lo que cambia de raíz el funcionamiento de la economía. “Con este esquema, vamos a tener un verano muy tranquilo en materia de dólares. No veo ninguna preocupación”, afirmó.
Di Stefano agregó que la eventual aprobación del Presupuesto 2026 abrirá la puerta a la colocación de bonos bajo ley extranjera, lo que permitiría reforzar las reservas y, en los hechos, “boicotear cualquier intento de suba fuerte del tipo de cambio”. En ese marco, fue contundente: “Yo veo muy estable al peso en los próximos meses”.
El economista también puso el foco en el impacto del sector agroexportador y describió un escenario de cosecha excepcional. Detalló que el trigo rondaría los 30 millones de toneladas, el girasol alcanzaría los 6 millones, la cebada unos 5 millones, el maíz cerca de 60 millones y la soja alrededor de 50 millones, lo que permitiría superar nuevamente las 150 millones de toneladas totales. “El problema para 2026 no es la falta de dólares, sino la logística para mover semejante volumen de granos”, advirtió, y recomendó a los productores vender a futuro para asegurarse cupo y precio.
A ese flujo de divisas sumó el fuerte avance de la inversión en Vaca Muerta y el crecimiento sostenido de las exportaciones de petróleo y gas. “Para 2026 esperamos exportaciones cercanas a los 100 mil millones de dólares. Con este escenario no hay razones para pensar en una devaluación, todo lo contrario: vamos a un año con tasas bajas, más crédito e ingreso de capitales”, sostuvo.
Di Stefano también cuestionó a quienes siguen anticipando un salto del dólar. Recordó que desde la asunción de Javier Milei el dólar pasó de 1.000 a 1.500 pesos, un aumento del 50%, frente a una inflación acumulada del 240%. “El dólar no igualó ni va a igualar la inflación. Los que esperan una revancha con el dólar no la van a tener”, afirmó, y señaló que incluso instrumentos en pesos como el plazo fijo le ganaron al dólar en los últimos dos años.
En ese sentido, remarcó que la economía argentina dejó atrás un esquema de distorsiones generalizadas. “Antes, con déficit fiscal, aumentaba todo: el dólar, los precios, los autos, los alimentos. Hoy cada mercado es un mundo en sí mismo”, explicó, ejemplificando con la baja en los precios de la leche por mayor producción y el aumento en productos como el cerdo por falta de oferta. “Eso es competencia perfecta y mejor administración del Estado”, subrayó.
Finalmente, Di Stefano planteó que gran parte de la sociedad sigue mirando la economía con “exceso de pasado”. “El presente resignifica el pasado. Hoy el país está bien administrado y eso exige tomar decisiones distintas”, sostuvo. En esa línea, destacó los cambios culturales y sociales, el rol central de los jóvenes y de las mujeres en el consumo y el poder económico, y concluyó con una advertencia clara: “El que no entienda el cambio que estamos viviendo va a seguir comprando dólares. El que lo entienda, hace otra cosa”.